ALVAR AALTO
CASA EXPERIMENTAL EN MUURSATSALO-1953
Por: Pedro Daniel Guerrero
EL PATIO Y EL HABITAR
Hablar
del tema de habitar en la arquitectura doméstica moderna podría llevarnos a
tratar exclusivamente con la funcionalidad de espacios interiores refiriéndonos
a conceptos básicos de iluminación y ventilación, típicos del movimiento
moderno. Pero no es el caso de la imagen seleccionada, donde en vez de
prestarle especial atención al interior de la casa de experimental en
Muuratsalo (también de gran trascendencia), se ha preferido hablar del patio de
la misma, adosado a una casa con planta en “L”. Si bien el patio debe
conceptuarse como un elemento de estricta relación con el exterior, en la casa
Aalto el contexto es especial, pues la misma se encuentra en una isla llena de
vegetación nativa de Finlandia, por lo que tal relación con el exterior del
patio en cuestión toma fuerza, dadas también las aberturas del mismo donde
Ching diría que “El grado de vinculación entre los espacios interiores y
exteriores está determinado por las aberturas en los parámetros externos”[1].
Se
trata de una casa “experimental”, por su localización y por el juego de
materiales que el arquitecto quiso poner a prueba en la misma, pues como se
puede ver en la fotografía, hay diversos tamaños, formas y colores para los
ladrillos, así como muchas más distintas maneras de aparejarlos. Pero como bien
es sabido que si hemos de hablar de “habitar”, la arquitectura no puede
presentarse como un cuerpo sólido, vacío y por tanto estéril, sino que debe
hacerse la presencia de personas, que son (o deberían ser) el fin último de la
misma. Es por eso que la imagen fue escogida por la presencia de personas en el
patio de la casa en Muuratsalo. Las mismas están o parecen estar compartiendo
experiencias allí dándole una jerarquía e importancia muy especial a dicho
patio.
Sin
embargo, no es casualidad que el patio atraiga tanta atención en medio de la
casa, todo esto por un sencillo detalle también apreciado en la fotografía y
que da fe de la intención del arquitecto de hacer del patio un lugar de
esparcimiento de primer nivel. Se trata del fogón (que se encuentra encendido),
visto en la parte inferior de la fotografía; tal importancia dada por el clima
del lugar, que gran parte del año ha de ser muy hostil. Por otro lado, debe
considerarse que históricamente y por nuestra propia condición humana, el fuego
brinda por un lado el ambiente propicio para la reunión de una comunidad y por otro
lado, nos otorga el bienestar que a través del tiempo facilitó nuestra
supervivencia, tal como lo dijo Robinson
Crusoe al perderse en una isla desierta “En cuanto tuve instalada mi
habitación, consideré absolutamente necesario disponer un lugar para encender
fuego y procurarme combustible”[2].
Es así donde los sencillos detalles como la diversidad de disposiciones del
ladrillo y la presencia de un fogón en medio del patio, hacen del mismo (con
clara intención del arquitecto) un espacio neurálgico para el acto de habitar.
[1] CHING, Francis. Forma Espacio y Orden. Barcelona. 2010. P.38. Editorial Gustavo Gili. 3era edición.
[2]DEFOE, Daniel. Robinson
Crusoe. Barcelona. 2003. P.71. Editorial Vicens Vives. 4ta edición.
FOTO: Nicolás Saieh 2010
Fotografía de Arquitectura – www.nicosaieh.cl
LO NO MODERNO, VALORADO POR UN MODERNO
El
día a día de Alvar Aalto tiene siempre dentro de sí el enorme detalle que lo
hizo diferente a sus contemporáneos. Luego de toda una vida de éxito y
reconocimiento, el ya anciano arquitecto ejerce su labor con la parsimonia de
tener en su taller, donde importantes proyectos se desarrollan. La compañía de
su esposa y colega Elissa, es ella la actualidad de la compañía femenina que a
lo largo de toda su carrera fue una constante. Como diría Capitel: “Alvar Aalto
fue, como es bien sabido, el único arquitecto de la llamada ‘segunda
generación’ que ha sido considerado por la crítica ‘heróica’ como un nombre que
podría añadirse a la sagrada lista de los grandes maestros.”[1]
Con
el pasar de los minutos en su despacho, en medio de trazos y con su esposa y
compañeros trabajando en su próxima gran obra, una trascendental pregunta pasa por
la mente de Alvar Aalto: – ¿Qué me hizo diferente de los demás? – Las posibles
respuestas vuelan por su mente, ignorando el revuelo del sitio. – ¿Qué puede
ser? He acompañado siempre los Congresos de Arquitectura Moderna. Lo racional
está primero. La forma sigue a la función. Etcétera. – Es entonces que la
verdadera respuesta cae como un rayo en su mente.
Siempre
lo supo, pero lo que quizá no estuvo enterado de que entre los trazos rectos de
volúmenes puros y lisos que en su oficina en este momento se diseñan, hay un
presagio de la complicidad que su trabajo tendrá en la muerte del Movimiento
Moderno. En este momento coinciden el ocaso de su fructuosa vida y el ocaso del
fructuoso movimiento del que participó.
Mientras
ojea distraído un plano dibujado recién, vislumbra la gran diferencia entre sí
y sus contemporáneos: Lo que se hizo en Finlandia en el pasado se hizo
significativo para el desarrollo de toda su labor arquitectónica: Las grandes
iglesias de madera, el fuego, la nieve, el terrible clima, todos aspectos del
Clasicismo Nórdico, el cual se basó en las ya nombradas iglesias de madera y las
casas feudales. Alvar Aalto era un ecléctico que se disfrazó de moderno.
Los
demás eran modernos pragmáticos, nada en absoluto de la historia de sus países
(aún más trascendental para la Historia de la Arquitectura, que la propia
arquitectura tradicional finlandesa) se tomó como tema de diseño ni como
argumento para ellos. De nada valieron tantos siglos de Románico, Gótico,
Renacentista y Barroco para los demás modernos. Sí lo fueron para Alvar Aalto.
Una
pícara sonrisa se forma en su rostro mientras dibuja sobre sus planos, sabe
bien que hizo lo correcto; está enterado que su huella no se borrará jamás de
la Historia de la Arquitectura. Una mirada nostálgica acompaña una imagen de su
tan bien lograda Villa Mairea y su gran columna de madera junto al acceso que
se tuerce y olvida lo moderno pero que a la vez lo acompaña y lo complementa.
Siente que la historia de su país se materializa en tal columna y en el
sinnúmero de detalles que se encuentran al interior de tal villa.
Entre
la satisfacción de un día más de trabajo, Alvar Aalto ignora lo que su amalgama
de argumentos le está haciendo a la arquitectura mundial. Es él partícipe de
una moción que crecerá en el par de décadas siguientes. Quizá en ese momento lo
puede sentir, pero no sabe que vivirá lo suficiente para ver cómo pizcas de
historia en sus proyectos ayudarán a derrumbar ese enorme cambio que se llamó
“Movimiento Moderno”. Su vida alcanzará para ver cómo un grupo de la última
generación de modernos se vestirá de “separatistas” y protestará contra el
rígido funcionalismo del movimiento y actuará en pro de una arquitectura que
vea de nuevo con ojos de historiador. Giedion conoce bien al Team X: “Un grupo
de arquitectos más jóvenes, que llevarían a cabo los preparativos con la
cooperación de los líderes más viejos.”[2]
Y
así, el gran Alvar Aalto vuelve dentro de sí, luego de un viaje en su mente y
en sus recuerdos a través de su época, de su trabajo y el de sus
contemporáneos. Vuelve dentro de sí para seguir dibujando, seguir diseñando,
seguir trazando historia.
[1] CAPITEL, Antón. Alvar Aalto. Madrid. 1999. P.7. Ediciones Akal.
EL PATIO PARA EXPERIMENTAR
En búsqueda de
una mirada crítica sobre la Casa Experimental en Muuratsalo de Alvar Aalto, fue
imposible hallar citas sobre la misma en libros canónicos de Historia de la
Arquitectura. Sin embargo, se logró conseguir textos que tratan de la misma de
variados autores.
La mayoría de
ellos coinciden en tratar de destacar tres rasgos de vital importancia de la casa.
Tales rasgos, incluso podrían bastar para definir la casa por completo: se
trata de la experimentación que el arquitecto hace con los materiales de
revestimiento y el uso del patio.
El primer autor
(Sarah Menin) destaca el uso del patio como límite entre la naturaleza y la
protección de la casa, pero estando en un espacio descubierto. Dice que: “La casa
experimental de Aalto iba a ser un refugio, conformando un alojamiento sencillo
que está formando dos lados de un patio recubierto con ladrillo, encerrado por
el tercer lado por un muro alto, pero perforado. El cuarto lado es una gran
parte abierta, aunque el muro vuelve a sugerir un grado de cerramiento y
protección. Estos altos muros enmarcan el espacio exterior que se extiende más
allá del patio principal, a través de las rocas de granito, hasta el agua,
donde las numerosas intervenciones, como pequeños embarcaderos, ayudan a la
humanidad, tanto en su acceso como a la retirada de los elementos.”
Es importante
notar la enorme perforación que el muro de mayor superficie en el patio tiene,
pues el mismo ofrece ese paralelo entre el cobijo que el muro presta, así como
el que las rejas del vano pretenden otorgar; pero con la capacidad de tener una
relación visual superior con los árboles que se hallan al otro lado.
El patio posee
una jerarquía de tales proporciones, que si se observa la planta, el mismo
ocupa casi la mitad de la misma. Esta simple apreciación es señal de cómo el
arquitecto quiere hacer del patio un espacio de permanencia para los habitantes
y visitantes de la casa, renunciando a una gran área para espacios interiores.
El segundo autor
(Pedro Bright Samper), que busca las influencias de Guillermo Bermúdez Umaña
para sus casas, pone como valor central de la casa experimental, dos factores:
la prevalencia del muro mayormente cerrado y la textura del mismo. Dice: “En
Finlandia, la posición de Alvar Aalto es clara en este sentido, al ver por
ejemplo el proyecto para su casa de verano en Muuratsalo, conocida en ocasiones
como la “casa experimental”. Aquí, Aalto realiza todo tipo de experimentos con
la construcción del muro en ladrillo, con el resultado que puede obtener a
partir de diferentes aparejos en cuanto a la textura, a la manera en que la luz
golpea la superficie. El muro reaparece como el elemento preponderante de la
arquitectura. La idea del cobijo, del hogar, rechaza de facto el
acristalamiento perimetral de toda la casa.”
Se hace
claramente visible, que la casa experimental difiere de otras casas destacadas
del Movimiento Moderno (o producto del mismo) que le dan prevalencia al plano
transparente en sus fachadas, como por ejemplo la casa Fransworth de Mies Van
Der Rohe o la casa Douglas de Richard Meier que se encuentran en latitudes
apenas similares a la experimental de Aalto y por tanto, sufren también de la
inclemencia del invierno. Es la necesidad intrínseca del arquitecto, de crear
en su casa de verano, la sensación de refugio, de protección. Sensación
imposible de obtener en una casa acristalada.
El arquitecto
busca experimentar con la técnica, tal vez con el capricho del mismo de conocer
sinnúmero de posibilidades de colocación de aparejos, no solo de ladrillos,
sino de cerámicas tintadas. El tercer autor (Roberto Bray), hace referencia a
esto, pues destaca que tal desarrollo en extremo complejo del revestimiento,
tiene un enorme carácter subjetivo y abstracto que comunica rasgos y valores de
Alvar Aalto. Dice: “Sirviendo como intentos de evolucionar con el tiempo, las
obras de Aalto como resultados totales se convierten, en el espacio y la
materia, como el fin de emplear el resultado logrado por los objetivos
sucesivos. La residencia de verano del arquitecto en Muuratsalo es un ejemplo
de esto. El uso del ladrillo rojo a lo largo de los elementos cerámicos en este
caso adquiere un gran valor expresivo y se acompaña de motivación precisa de
carácter técnico.”
Es así que la
casa que Alvar Aalto hizo para sí mismo en Muuratsalo, da fe del título que le
fue otorgado. El hecho de llamarse “experimental” es muestra del objetivo con
el que fue construida. El arquitecto quería buscar horizontes y posibilidades
en la misma, por encima de otros factores.
LINEA DE TIEMPO Alvar Aalto Timeline
BIBLIOGRAFÍA
CHING, Francis. Forma Espacio y Orden. Barcelona. 2010. P.38. Editorial Gustavo Gili. 3era edición.
DEFOE, Daniel. Robinson Crusoe. Barcelona. 2003.
P.71. Editorial Vicens Vives. 4ta edición.
CAPITEL, Antón. Alvar Aalto. Madrid. 1999. P.7.
Ediciones Akal.
GIEDION, Siegfried. Espacio, tiempo y arquitectura.
Cambridge. 1982. P.702. Harvard College.
MENIN, Sarah. SAMUEL, Flora.
Nature And Space: Aalto and Le Corburier. Londres. 2003. P.97. Routledge.
PEDRO, Bright. La construcción de la intimidad,
casas de Guillermo Bermúdez Umaña. Bogotá. 2006. P.43.
Universidad Nacional de Colombia.
BRAY, Roberto. Alvar Aalto,
spazi e proceso architettonico. Bari. 1984. P.77. Edizioni Dedalo.
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