jueves, 27 de febrero de 2014

Gerrit Rietveld, Utrecht, Holanda, (1888-1964) Casa Rietveld-Schröder

POR: DAVID SANTIAGO NOGUERA SÁNCHEZ



Reflejo.


Un claro torbellino de ideas declaradas abiertamente y dando un contraste a lo existente, muestra cómo se quiere salir de la monotonía enseñando lo que se puede crear y lo que los materiales pueden dar.

La imagen nos presenta un antes y un después, una analogía del cambio que se venía generando no solo localmente sino el cambio que se hacía en el mundo; Un esquema de la realidad, donde vemos el pasado y presente de la época con un claro cambio en la forma de hacer las cosas, el replantearse el cómo vivir, la experiencia del yo como ser que habita un objeto, el disfrute de la vida a mayor escala, el entender que los objetos que los rodean tiene que ser funcionales, que se pueden adaptar para aportar un el estilo de vida mejor.

Se ve cómo el paisaje también puede ser habitado se dejan las pequeñas ventanas donde ni el rayo de sol más potente las penetra y son remplazadas por ventanales que enmarcan el paisaje que aparece, muestra esa relación de interior exterior que es tan importante; las ventanas abiertas describen ese permitir que la naturaleza literalmente se cole por los vanos de las ventanas. 

Los nuevos usos y formas que se dan a los materiales y la aparición de nuevos, generan toda una revolución de forma – “donde aparece una especie de espíritu enciclopedista dirigiendo su curiosidad hacia todas las aplicaciones técnicas, independiente de la importancia que la cultura tradicional técnicas, independiente de la importancia que la cultura tradicional concede.” [1] – el modelado de los materiales conocidos dan una nueva visión de lo que no se hacía antes; aparecen hilos de acero que sostienen las ventanas dando la apariencia de elementos volando, pantallas de concreto que siguen generando contraste, libertad, fluidez.

“El espacio ha quedado cuantificado, trasformado en productos de la disección del movimiento, de la geometría y la matemática. El espacio apenas existe como tal: será entendido como la res extensa de descartes en la que se despliega la visibilidad de una familia igualitaria, eficiente, saludable y trabajadora.”2

La imagen es un claro ejemplo de contraste y desarrollo creativo, de una chispa que aparece para demostrar que el cambio es bueno, permite un desarrollo tanto social como cultural, romper los parámetros de lo conocido abriéndole las puertas a la innovación, el querer mostrar lo que se piensa y darlo para que las personas concluyan la idea inicial de las cosas. 



[1] Leonardo, Benevolo. (1964). “historia de la arquitectura moderna”. Madrid: Taurus Ediciones. Página. 63 
2 Iñaki Ábalos. (2001). “la buena vida-visita guiada a las casas de la modernidad”. Barcelona: Gustavo Gil. Página. 75




Construyendo un problema.


El desarrollo de la corriente neoplastia que es el modelo que se usó para el desarrollo de la casa Rietveld–Schröder, muestra unos valores basados en el absoluto predominio de la línea recta, en la pureza de los volúmenes, en la simplicidad de las formas y en entender cómo se vuelve innecesario los elementos decorativos. En definitiva, un racionalismo que busca la conclusión de la forma pura, que es tan vista en la arquitectura moderna, donde intersección de planos genera una unidad, también uno de los aportes que son muy visibles son como la arquitectura empieza a genera interpretaciones del arte y el diseño de la época. 

Este planteamiento es el producto de los problemas la elaboración de la maqueta donde la intersección de los planos y la importancia de enmarcar los elementos de la casa en la escala se perdía y esos elementos de la casa son los marcos que generan la perspectiva de los planos, enmarcados tanto en la forma cono en la aparición de colores en el proyecto que al presentar una maqueta blanca la relación de la que trataba de reflexionar el arquitecto de querer interpretar a la forma de la arquitectura con los las demás expresiones artísticas que se venían surgiendo y especialmente en a escuela De Stijl y especialmente en las obras de Piet Mondrian. 

No solo la escala y la falta de color que en este proyecto es tan importante son los problemas que surgieron, en un aspecto menos formal y más practico fue el encontrar una serie de reinterpretaciones de los planos originales, esto con el problema de que las medidas de las distintas plantas variaba en algunas medidas, esto dio a que surgiera como solución tomar como base de medidas la primera planta y contrayendo las siguientes con relación de forma y la consulta de imágenes que hacían que se empezará a estructurar en totalidad la casa. 

Estos problemas fueron tomados en dos partes que al final dieron como resultado la maqueta que presento. Al hablar de dos partes fueron la decisión primaria de elaborar la maqueta con todos los detalles como marcos de ventanas y puertas que para mi en este proyecto es muy importante pero dio como resulta una maqueta que tendía a ser desproporcionada en la escala y como decisión final una maqueta con muros extendidos del total de alto y con la ausencia de marcos tanto de ventanas como de puertas que es en esta escala la presentación del concepto de la casa Rietveld–Schröder. 







Pensando espacio.


Habitar, se trata de un término que ya empieza a estar en desuso en su aplicación tanto en el habla común como en el comportamiento social. Se sobrevive, se está, nos ubicamos en los lugares, pero ya apenas los habitábamos. 

Reflexionando sobre lo que este término conlleva si nos situamos en las primeras décadas del siglo XX este término era en el que se enfocaban algunos arquitectos, proponían una estandarización de la casa con un mejor funcionamiento y bienestar, dándose cuenta que las casas no son solamente un caparazón de tortuga que sirve solo para cubrir, es un lugar de estudio, de descanso, empieza a servir como lugar de trabajo, se generan tiempo para estar en familia, estos y muchos más cambios sociales son los que hacen que se piense de nuevo la forma de estar, presentando la casa como el principal atributo de nuestro ser, nuestro boleto único con el cual se pueden interpretar diferentes formas de ver y los modos de habitar en diversas formas, donde la casa se convierte en un paisaje el cual puede ser apropiado y convertido en el lugar íntimo y privado ejerciendo la experiencia vital de habitar. 

Los avances tecnológicos contribuyen a lograr estos cambios de percepción de la nueva forma de vida, – “todas las técnicas serán bienvenidas: el muro ya no será nunca más ese conglomerado masivo e inerte con el que los antiguos se defendían del clima extremo”1-; los nuevos materiales, se apoyaron con formas de construcción. Estos impulsos de conocimientos planteados y reforzados en su mayoría bajo el CIAM un congreso que acogía grandes escuelas y movimientos que apoyaron la definición del habitar moderno, entre las aparecen la Bauhaus, el constructivismo, el racionalismo y De Stijl; generando sus modelos de ciudad y las formas de habitar asumiendo la sociedad en la cual estaban inmersos y lo que querían lograr. 

Uno de los exponentes que quería reinterpretar la forma de vivir era el grupo De Stijl, donde con el arte, el diseño y la arquitectura querían renovar el estilo de apreciación de las cosas que los rodeaban, “el fin de la naturaleza es el hombre y el fin del hombre es el estilo”, con esta frase entendido como la aplicación de la razón da forma que el edificio integre las diversas artes. se toma el ejemplo de la casa más representativo del movimiento neoplásico que representa al grupo De Stijl, la casa Rietveld–Schröder basándose en el absoluto predominio de la línea recta, en la pureza de los volúmenes, en la simplicidad de las formas y en entender como inútiles los elementos decorativos, salvo el empleo de colores puros (sobretodo blanco negro) similares a los utilizados en el arte de Piet Mondrian que representan ese –“espíritu revolucionario de esas personas que desafiaron la tradición con nuevos conceptos artísticos y existenciales en busca de un ámbito doméstico impregnado de armonía”2. 

El arquitecto de esta casa es el holandés Gerrit Thomas Rietveld quien responde al deseo de una mujer, Truus Schröder, que al enviudar y viéndose con tres hijos solicitó a Rietveld la construcción de una nueva vivienda familiar más pequeña de la que disponía hasta el momento, aportando ella misma algunas de las ideas básicas del proyecto, sobre todo las relativas a la distribución interior de los espacios, esto da muestra que los intereses adamas de ser funcionales buscan la interacción y la forma del estar dentro la vivienda que hasta ahora era ignorada. Interpretando lo deseado se construyó un edificio en el que predominan el ladrillo revestido, el acero y el vidrio; parece innecesario subrayar el gran prestigio del vidrio y todo lo que representa -“desde su proceso de fabricación y montaje su trasparencia, contribuirá a hacer de él un materia privilegiado”3-, en esta casa es fundamental el habitar el exterior desde el interior, es uno de los factores que la representa, los habitantes vieron como el permitirse interactuar con el paisaje hace que la forma de estar en la casa sea mucho más cambiante. 

En la segunda planta donde se abre casi en su totalidad lo que se genera es una falta de muros donde se entiende que es para el aprovechamiento de esas únicas tres fachadas con la que cuenta la casa y utilizando las nuevas técnicas para sustituir los muros de concreto por paneles de madera deslizables discretamente acomodados para no intervenir la visual del paisaje, pero disponibles para crear una privacidad en las alcobas que si no quiere se percibe el espacio como un todo, donde la madre puede estar muy atenta a sus tres hijos mientras esta en su comedor que es adaptado como escritorio, estas cosas son lo que se planteaba como una casa funcional donde todo se relaciona con una coherencia planeada, una de las funcionalidades de la casa es la adaptación del mobiliario para que tuviera múltiple función el espacio al romper las barreras genera una gran zona social donde las camas son pensadas para permitir ser utilizadas como asientos, las terrazas logran una vista hacia un campo donde se reafirma el concepto de la permeabilidad de los espacios interior exterior mostrándonos el paisaje -“al ciclo del día le sucede la lluvia y el florecer de los árboles y después la caída de las hojas y así sucesivamente en un espectáculo interactivo, preparado por esta escenografía en la que el cielo y la naturaleza aparecerían como metáforas del tiempo cíclico, y el gran acristalado como un excepcional diorama para su comtemplacion.”4-.este es uno de los factores del habitar moderno el permitirse un tiempo para contemplar, el adaptarse para una vida más sana y mejor. 

El habitar se ha entendido como el medio que reúne las condiciones favorables para la vida. La acción del habitar es a la vez un objeto que llamamos la vivienda. En este sentido la cosa más simple la casa es el resultado de una apropiación del espacio por sus ocupantes quienes la impregnan un valor. En esta época se ve la casa como el espacio donde se descansa y ocasionalmente se alimenta, se genera una pérdida de noción del habitar al reducir el tiempo de permanencia y la reducción de las tradiciones y las costumbres.

Ernst Moritz, 1998, central museum, casa Rietveld–Schröder, Gerrit Thomas Rietveld, (24 de junio de 1888 en Utrecht , Países Bajos25 de junio de 1964 en Utrecht , Países Bajos),



[1] Iñaki Ábalos. (2001). “la buena vida-visita guiada a las casas de la modernidad”. Barcelona: Gustavo Gil. Página. 77 
2 Marijke, K. (1992). “The complete works. Utrech”. Utrecht: Centraal Museum. Página. 112 



Obra con sentido.


La síntesis del conocimiento de un movimiento artístico es convertida en una idea clara que posee una misma valoración que la arquitectura y la pintura; donde el mobiliario fue trasformado en un elemento icónico que puede ser considerado como la primera aparición de diseño tridimensional para dicho movimiento. 

En ese contexto fue para el grupo De stijl la aparición de un diseño del arquitecto Gerrit Thomas Rietveld, la silla roja y azul, de 1917, Concebida para producir en serie, la silla estaba compuesta por barras verticales y horizontales, dos planos simples encima de la estructura de sostén que terminan de conformar el mueble. El diseño final se destaca por su equilibrio formal y su sencillez estructural, una configuración geométrica que sintetiza las preocupaciones formales del grupo. 

Esta idea surge tras la premura de Gerrit Thomas Rietveld de ver que no se encuentra la forma óptima de la silla a diferencia de objetos como la bicicleta o la cuchara. ‘‘La silla no necesariamente debe ser una representación de la idea de sentarse, sino que la silla es como si fuera la parte inferior de un hombre sentado, la prolongación de una ágil espina dorsal; por eso su estructura no se ha resuelto tan fácilmente…en cada período esto se ha realizado de forma diferente. De esta manera surgió una enorme variedad de tipos de sillas”1, y así que la silla roja y azul quiso ser la silla de su época. 

La silla se convirtió en la representación del movimiento como mobiliario, y como arquitectura se presenta la casa Rietveld–Schröder donde en los dos se muestran notablemente la aparición de las formas, los colores más representativas del neoplasticismo que hasta la aparición de la silla no se habían separado de los lienzos de Piet Mondrian y fueron tomados como la aparición de la muestra tridimensional del movimiento. 

En la casa Rietveld–Schröder aparecen varios objetos que al igual que la silla rojo y azul representar el concepto y la percepción del movimiento dándole una funcionalidad y precisión a los elementos que utiliza en la composición del interior de la casa. 

Es notable la importancia y reconocimiento que tiene el movimiento a la hora de diseñar para Gerrit Rietveld, donde es claro que los parámetros de sus diseños son la sencillos de los elementos, el color como resultado de encontrar contrastes, la disposición de los planos horizontales y verticales, y sobretodo el funcionalismo formal de sus obras. 

Haciendo una analogía de la casa y el objeto se podría empezar hablando de como para el arquitecto la relación de la forma era dada por el material donde este es el que da la apariencia final de diseño, él dice “he intentado que cada parte simple, y en su forma más elemental, esté de acuerdo con la función y el material-la forma, por tanto, que es capaz de armonizarse con el conjunto. La construcción se ha adaptado a las partes de manera que ninguna de estas domine sobre las demás o está subordinada a ellas. De ese modo, el conjunto se sitúa libre y claramente en el espacio, y la forma depende del material”2, en la casa Rietveld–Schröder aparecen los planos que forman los distintos elementos que dan el carácter, con la mezcla de materiales dan una nueva visión, conforma espacios dinámicos basados en lo que el grupo quiere mostrar en sus creaciones. 

En la nueva concepción arquitectónica, la estructura del edificio está subordinada dando paso a los planos, los grandes ventanales y al color, donde cada elemento arquitectónico contribuye a crear un máximo de expresión plástica, sobre una base lógica y práctica; en la silla roja y azul se muestra como los mismos planos de composición son los que terminan siendo la estructura siendo absorbidos por la expresión final del diseño convirtiéndose en el producto propio. Esto misma pasa al encontrar un equilibrio que se ven la casa donde los planos puestos se cierran y enmarcan la casa apoyando a la estructura y finalmente dándole el carácter final a la casa. 

La casa Rietveld–Schröder al igual que la silla roja y azul de Rietveld, cada componente tiene su propia forma, posición y color. Los colores fueron escogidos para reforzar la plasticidad de las fachadas en el caso de la casa, superficies en blanco combinadas con tonos grises, ventanas y marcos negros y una serie de elementos lineales en colores primarios. 

La aparición tanto de la casa como de la silla roja y azul de Gerrit Rietveld, es la muestra de cómo se puede expresar la idea de un movimiento en dos elementos que a simple vista son tan reconocibles donde tanto la una como la otra nos muestra la esencia, el color y demás elementos que el grupo De Stijl nos presentó, como sin degradar los elementos por el tamaño se les da la importancia y la apreciación que de merecen. 


1Nuria Prieto. (1996). “Gerrit Th. Rietveld”. Madrid: Ministerio de obras públicas, transporte y medio ambiente. Página. 7 



Planos.






M. Brown, Theodore. (1958). “The Work of G. Rietveld architect”, Utrecht: A.W. Bruno & zoon.


Collage.



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