lunes, 20 de mayo de 2013


WALTER GROPIUS / HANS SCHAROUN - SIEDLUNG SIEMENSSTADT

ARQUITECTOS WALTER GROPUIS Y HANS SCHAROUN
SIEDLUNG SIEMENSSTADT

POR: PAOLA ANDREA IZQUIERDO










Vivienda Social Alemana: Búsqueda de un refugio Posbélico





Foto tomada de: http://wiki.ead.pucv.cl/index.php/Estudio_Conjuntos_Habitacionales_/_Caso:_Conjunto_Siemensstadt,_Alemania




En la imagen seleccionada, se puede apreciar un fragmento de la obra de vivienda de Walter Gropius construida entre 1929-1931 en este barrio alemán.
Al ser un bloque de apartamentos, la composición general se caracteriza por poseer un ritmo y repetición bastante obvios, las viviendas comparten una misma ubicación lineal a lo largo de una calle tanto peatonal como vehicular, facilitando el acceso de los residentes y su rápido transporte hogar-trabajo trabajo-hogar (teniendo en cuenta que estos se encontraban a una gran distancia, la proximidad a las vías de transporte era indispensable), ideal para el modelo de vida del trabajador que dominaba en esta época. Igualmente se puede concluir que por separado las áreas habitables eran bastante pequeñas, probablemente proyectadas para ser habitadas por familias con hijos y de un estrato social medio.
Cuenta con una única entrada comunal, aparentemente conectada con el bloque de escaleras y abierto por medio de un gran portón a una ampliación del andén, libre de la franja de arbustos que en el resto del edificio, otorga mayor intimidad (a pesar de su estrechez) a los apartamentos adyacentes.
La construcción remata con una serie de apartamentos que se extienden hacia unas terrazas bastante amplias y que pretenden de alguna manera romper con la monotonía que se ve a lo largo todo el conjunto, además de contar con una puerta de acceso comunal a cada una de ellas, para que de ese modo los habitantes pudieran tener un espacio de esparcimiento desvinculado del concepto de calle que en el ámbito social de la época era un ambiente considerado como ajetreado y de algún modo desprotegido de la sensación tensa propia de este periodo posbélico.
Por último, es preciso decir que ante la falta aparente de edificaciones mayores o patrones urbanos a su alrededor, este bloque de viviendas fue ubicado en un área de suburbios separada del centro de la ciudad, y mostrando al proyecto como una respuesta asequible a una comunidad predominante de empleados de empresas de producción que tras la primera guerra mundial, enfrentaron dificultades económicas y colaboraron a la sectorización urbana[1].




[1] Escuela superior de arquitectura, Universidad de Navarra,“Modelos alemanes e italianos para España en la postguerra”,2004, Actas de congreso internacional, pág. 225













Walter Gropuis: De la Bauhaus a el Siedlung

A inicios de su carrera como arquitecto, Walter Gropius (1883-1969) fue inmensamente influenciado por otros grandes exponentes del nuevo movimiento cultural y de diseño denominado racionalismo arquitectónico, que estaba teniendo lugar en la Europa, y posteriormente Norteamérica, de comienzos del siglo XX.
Su temprano comienzo en el despacho de Peter Behrens, dotó a este arquitecto de ideas revolucionarias de diseño  que pretendían hacer confluir la idea de arte artesanal, junto con la producción en masa, objetivo principal de la Deustcher Werkbund (de la cual hizo parte), además de un concepto compositivo meramente relacionado con los avances industriales de la época, y los cambios socioculturales consecuentes de ello. Con ejemplos tan precisos como la famosa fabrica de turbinas AEG de este, quien sería sin lugar a duda su mayor influencia y que llevaron a Gropius a construir un pensamiento de diseño exterior “limpio”, con una redundancia excesivamente estructural, minimalista y unos elementos acordes con la aparición de nuevos materiales de construcción, se puede fácilmente crear un paralelo con obras como su Fabrica Fagus de 1910, donde ya evidencia los postulados de esta “nueva arquitectura”.
Igualmente su trabajo con Behrens, le permitió compartir de sus ideas y consideraciones, junto con grandes maestros de la arquitectura moderna, tales como Adolf Meyer, Mies Van der Rohe y Le Corbusier, que no solo inspiraron su estilo y sus nuevos intereses en obras de importancia tanto urbana como social (influencia venida mayormente de Le Corbusier, con quien en además pudo compartir las ideas respectivas a los bloques de vivienda en 1923), sino que del mismo modo y junto con su previo paso por la Deustcher Werbund, la Sächsischen Kunstgewerbeschule y la Sächsischen Hochschule für bildene Kunst, lo llevaron a crear su propia escuela de diseño : La Bauhaus, donde, como planteaba en reciente papel de artista moderno, se buscaba penetrar en la vida del nuevo tipo de personas, con sus nuevas características, deberes y necesidades, desde los detalles cotidianos mas simples, hasta el mas amplio contexto urbano, siempre siguiendo la línea de pensamiento de estas escuelas previas, tanto el principio original de la misma : “La forma sigue la función”[1].
Gropius desarrollo rápidamente un estilo propio positivista acerca de la construcción de vivienda social, basado en preceptos bastante parecidos a los de Le Corbusier en el momento, lo cual generó tanto críticas como reconocimiento por parate del medio artístico, que dejaban en claro un desagrado con el excesivo cumplimiento de la arquitectura resultante después de la función y el practicismo.
Y así con un estilo arquitectónico debidamente formado, con las influencias de los postulados de otros exponentes de la nueva arquitectura, su experiencia en la Bauhaus (y lo que de esta devino) y el contexto histórico de un periodo de comienzo de guerra, Gropius comenzó a mostrar una mayor preocupación por asuntos sociales, por lo que, y aprovechando para evitar problemas con el régimen nazi, se dedico a la construcción de bloques de vivienda (como el Siedlung Siemensstadt) que reúnen todas aquellas ideas y reflejos de la importancia de una “industria artística”, que él fue recogiendo a lo largo de su carrera.
Finalmente, después de haber tenido que dejar Europa a causa de la Segunda Guerra mundial, trasladó a los Estados Unidos, los conocimientos que ahora lo convertían en lo que alguna vez fue Le Corbusier, Meyer o Behrens para él: un maestro de la arquitectura moderna. Construyó algunas obras que reflejaron todos sus postulados y los compartió en su labor como, entre otras instituciones, de Harvard, y fundador de la TAC.




Walter Gropius con algunos de sus colegas de la Bauhaus, entre ellos Kandinsky y Klee (1926)
Foto tomada de: http://www.guardian.co.uk/artanddesign/2012/apr/27/bauhaus-art-as-life-barbican





[1] GROPIUS Walter, The new architecture and the bauhaus, citado en “Los principios de la arquitectura moderna: Sobre la nueva tradición del siglo XX” de Christian Norberg, 2005, pág.31.














Siedlung Siemensstadt: El reflejo social del Arte Moderno


En un periodo de tiempo posterior a las armas, los bombardeos y las muertes, la tensión entre los países europeos aún se hacía sentir; el clímax de competencia invadía la mentalidad capitalista, que bajo los nuevos preceptos de la industrialización, regía el que ahora podía ser llamado mundo moderno, y que marcaba el punto de partida al planteamiento de soluciones que mejoraran la calidad de vida de los trabajadores, la de todos aquellos que en busca de su bienestar, se desplazaron a las grandes ciudades, se acoplaron a un estilo de vida autómata y terminaron por encontrar, bajo cinturones enteros de pobreza y hacinamiento, todo lo contrario a lo que buscaban.
Así, y como producto del trabajo multidisciplinario conjunto entre el gobierno y las asociaciones artísticas que acogían a muchos de los grandes maestros de la arquitectura y las nuevas ideas de arte y tipificación, tales como la Werkbund o la misma escuela de la Bauhaus, surgió la vivienda social; una respuesta sistemática y absolutamente influenciada por los conceptos de producción en masa, que sirvió, en el caso de la Alemania de los años treinta, de modelo para el desarrollo de los Siedlungen, barrios residenciales proyectados para configurar un contexto urbano innovador y repetitivo, donde se pudieran ubicar a los empleados y a las familias de ese mundo industrial, que si bien había revolucionado a manera de concebir las producciones de todo tipo, también había degenerado los valores propios de la sociedad.
Siendo director de la Bauhaus, miembro de la Werkbund, y poseyendo tantos importantes contactos directos con arquitectos modernos enfocados en el desarrollo de la vivienda tipificada (tales como Mies Van Der Rohe, Adolf Meyer, Ernst May con su plan urbano para Frankfurt, Otto Wagner con su plan para Berlín, Le Corbusier con el desarrollo de su idea de la Cité Radieuse, entre otros), que su labor docente le permitía tejer, Walter Gropius se perfiló como uno de los principales exponentes de la nueva arquitectura social alemana, que pretendía llevar a cabo la construcción de viviendas mínimas que cumpliesen satisfactoriamente con las necesidades básicas para un nivel de vida digno e igual para todos (idea básica del existensminimum), con el menor costo posible, buscado desde la misma disposición de los equipamentos, hasta la de sus materiales, en aras de sacar el mejor y mayor provecho de ellos.
Como producto de esto, los Siedlungen proyectados por este arquitecto (así como Torten o Siemensstadt), se caracterizaron por esquemas puramente tipificados y estandarizados , donde se cumplían con los postulados de ahorro económico, cumplimiento de sanidad y los nuevos modelos urbanos resultantes, que generaban  tejidos homogéneos y excesivamente similares entre ellos, donde se hacía bastante evidente el movimiento racionalista y lógico bajo el cual no solo la arquitectura, sino mas bien, las artes en general, se estaban llevando a cabo.
La imagen de artista, estaba siendo sujeto de una metamorfosis, ahora este no era concebido como un artesano, cuyas obras eran singulares e irrepetibles, sino como otro producto de la vida industrial, un generador de objetos y espacios “tipo”, un peón de las maquinas, de la búsqueda por una misma vida para todos, desarrollada de una misma manera, con las mismas cosas , los mismos estándares de existencia que arquitectos como Le Corbusier, Meyer y el mismo Gropius, tan desesperadamente buscaban establecer y seguir al pie de la letra, para resolver de una vez por todas el problema de la vivienda, de la manera mas sencilla, tanto de concebir como de desarrollar, condiciones idénticas para todos, la utopía del habitar en el justo espacio requerido, con las justas condiciones requeridas, ni mas ni menos que eso.
Pero entonces era propio preguntarse acerca de ¿que había sido de el artista?, ¿en que se había convertido?, en palabras de Meyer, estaría tal vez la respuesta mas clara y precisa a estos interrogantes, “¿El arquitecto? Antes era un artista y ahora se está convirtiendo en un especialista en organización […] construir es sólo organización: organización social, técnica, económica y mental”[1]; y así es, la labor del arquitecto se transformó, a diferencia de lo que solía ser, en buscar respuestas prácticas a problemas comunes del habitar, dejó de lado la parte puramente artística y un tanto poética que encerraba su oficio, para dedicarse, tal y como Gropius lo hizo, a solucionar el tema del habitar, desde una perspectiva un tanto mas ajena, mas general, incluso podría decirse, con características mas urbanas que arquitectónicas para grandes masas de personas a las cuales no se les pretendía ofrecer soluciones singulares y adaptadas a las particularidades, sino, mas bien, soluciones generales, industriales, apersónales.
Las posturas un tanto radicales que Gropius, aunque tal vez no tanto como Le Corbusier, proponía y ejemplificaba en sus Siedlungen, no tardaron en dividir las opiniones del entorno, a su favor las aseveraciones de Friedberger que expresaban la imposibilidad de existencia de una “vivienda sentimental” frente a  unas claras leyes económicas de mayor peso y que hacía utópica la realización de la vivienda propia singular dentro del contexto; y por otro lado, las críticas (referidas específicamente a la construcción de uno de sus Siedlungen) de Bruno Taut y Otto Wagner que establecieron, teniendo en cuenta y aportando de mayor importancia el ámbito económico, “el propósito no es agrandar las ventanas y ahorrar espacio, sino para aumentar el poder adquisitivo de las familias mediante el levantamiento de sus ingresos y la reducción del precio de la vivienda,(…) además  la reducción de las rentas depende más de las tasas de interés que los costos de la construcción”[2]; así, con dos contrapartes conscientes del marco en el cual se desarrollaban grandes urbanizaciones como la Siemensstadt, se configuró rápidamente un ambiente de inconformidad con la tipificación que en proyectos como este se veía, y que probablemente relegaba la arquitectura al cumplimiento teórico de unos preceptos utópicos de estandarización del concepto de vivienda, dejando a un lado el valor propio de la misma, la calidad artística e individual que caracteriza una obra de arte, y que, si bien no se esta afirmando es inexistente en obras como esta (condición que sería imposible de lograr, debido a las mismas influencias particulares sobre las cuales se diseña cualquier ejercicio arquitectónico), si se deja en un segundo plano, descartando muchas de las necesidades particulares de sus diferentes emplazamientos, para pensar en un contexto un tanto mas urbano siguiendo parámetros de repetición y pauta.
Para Gropius esta críticas solo eran excusas para reafirmar su punto de vista, el mismo que tanto ejerció durante su paso por la Bauhaus y que le permitió convencer acerca de la “evolución “ del arte hacia un reconocimiento mayor, de mano con la industrialización , con tal de mejorar y simplificar la vida de las personas; dijo así: “no ha de temerse que la tipificación pueda coartar al individuo, al igual que no se ha de que un dictado impuesto por la moda pueda conducir a la uniformización completa del vestir”[3], dando a entender que si bien la tipificación es una herramienta moderna del diseño sobre la cual él se permitía apoyarse, no significaba la pérdida de la sensibilidad arquitectónica ante las singularidades estéticas y ambientales.
Así, en conclusión, cabe mencionar que si bien la participación de Gropius en el diseño de Siedlungen tales como el Siemensstadt  si estuvo netamente marcada por una continúa tipificación de los detalles tanto arquitectónicos como generales, esta no significó la perdida total de la sensibilidad artística que aparentemente se daba en la realización de obras de este tipo (sin embargo si su crucial transformación); además de que por haber estado complementada por los componentes de los otros arquitectos participantes (Henning, Forbat, Scharoun, Bartning), no restó al proyecto la diversidad de tipologías de diseño, que contrarrestaba  las posturas un tanto radicales y teóricas que caracterizaban el pensamiento acerca de la vivienda social del exdirector de la Bauhaus, y que generaban por su parte, posturas críticas igualmente radicales como la de Adolf Behne, quien con una perspectiva si bien consciente, no muy practica, acerca de la realidad económica y social del momento, afirmaba acerca del conjunto Siemensstadt : “todo el barrio parece estar en vías de ferrocarril, para poner a los hombres mecánicamente en las cajas no es el urbanismo”[4].



Bibliografía General Trabajos:


·         PEREZ Igualada Javier, “Manzanas, bloques y casas: Formas construídas y formas del suelo en la ciudad contemporánea”, 2005, Ed. Universidad Politécnica de Valencia
·         Anotacion “Vivienda popular en el movimiento moderno”, http://www.aq.upm.es/Departamentos/Composicion/webcompo/webcnotas/pdfs/CN7_1_Vivienda%20Popular.pdf
·         MONTANER Jose Maria, “Textos de la arquitectura de la modernidad”, 1994, Ed. Nerea
·         LEJEUNE Jean-François, “Modern cities”, 1996, Ed. Bourd
·         NY, Modern museum of art, “Art in Our Time: An Exhibition to Celebrate the Tenth Anniversary of the Museum of Modern Art and the Opening of Its New Building, Held at the Time of the New York World's Fair”, Número 20, 1939, Ed. Ayer Publishing
·         ARENAS Luis, “La casa como gesto: la arquitectura en Wittgenstein y en el neopositivismo vienés”, Ed. Universidad de Zaragoza



[1] Meyer, H., (1928), “Bauen”, en Bauhaus, n.º 2/4, cit. en Whitford (1984).
[2] M. Steimann, CIAM Dokumente 1928-1939, (Basel & Stuttgart 1979)
[3] Walter Gropius, cit. en Maldonado, 1993, El diseño reconsiderado, Barcelona: Gustavo Gili.
[4] W Nerdinger, Walter Gropius Op.Cit., pág. 34 De Adolf Behne, “Dammerstock”, Die Form,  1930















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