El lugar de mis sueños.
Sin un lugar no hay un objeto, al parecer Adalberto libera comprendió muy bien esta frase pues logro arraigar una casa, que en su composición es el reflejo material del pensamiento del dueño, a una zona majestuosa, con unas visuales que nos enamorarían tan solo con pisar su suelo, tal como es la bella isla de Capri en Italia, un terreno rodeado por el mar, lleno de magia y tranquilidad que nos permiten soñar con tener en nuestras manos algo que refleje lo que en verdad somos.
la imagen anterior evidencia en si la hermosa vista que podemos disfrutar en toda Capri, no por menos es escogida por curzio malaparte para realizar alli una de las casas que han escrito un gran papel en el desarrollo del modernismo en el mundo; Capri es un lugar ideal para poder plasmar nuestros deseos y convertirlos en algo material.
es una ciudad que se a desarrollado a lo largo del tiempo como un eje central de comercio pues su espectacularidad ha sido de gran atractivo para el turismo y el comercio. la casa, al igual que unos cuantos "ornamentos arquitectónicos" a logrado acoplarse con el terreno, logrando una simbiosis entre el sitio y la esencia del proyecto, un proyecto que, como su cliente busca encerrarse en si mismo sin dejar de mostrarse a la sociedad.
el hecho de vincularse a la naturaleza, casi siendo una parte mas del todo, leda al proyecto una gran matiz moderno el cual esta representado en el pensar del arquitecto al conceder, reconociendo al cliente como pieza fundamental en el andamiaje del diseño, la posibilidad de enmarcar su esencia en una obra propia y moderna.
ges/storia/hotel-marina-grande-capri.jpg Hotel Marina Capri Italia 1939
La vida, una obra monumental.
La Villa Malaparte, situada en Capri, Italia, es un vivo ejemplo de como el usuario se hace presente, tanto en su habitabilidad como en su composición, siendo de gran importancia en cuanto a su concepción inicial y al diseño.
Esta obra representa en todo su esplendor el sentimiento y la forma de pensar, sentir y vivir del usuario, siendo este determinante en el resultado final del proyecto; el proyecto inicial es del arquitecto Adalberto Libera, pero el resultado final se le atribuye en gran parte al usuario, el escritor Curzio Malaparte.
La obra parte del deseo de Curzio Malaparte de reflejar en ella su personalidad y sus sentimientos tras vivir en el exilio interno en la isla Lipari; es una obra que en su exterior se logra arraigar a la naturaleza del lugar sin dejar de ser una unidad, es decir, aunque ha logrado hacer suya la naturaleza del lugar no se ha dejado atrapar por ella logrando diferenciar su “espacio” del espacio total; en cuanto al interior de la casa como tal, podemos ver que en ella, el usuario, busca encontrar un resguardo, dado el hecho del contexto beligerante de la época pues durante esa tiempo se acababa de superar los estragos causados por la primera guerra mundial y que estaba a punto de envolverse en un nuevo conflicto del cual, Italia, seria parte fundamental en el desarrollo.
Curzio Malaparte buscaba en su obra reflejar su esencia, como lo dice Gloria Saravia Ortiz en su ensayo titulado Los dos mundos en Casa Malaparte, buscaba que fuera “capaz de reflejar su personalidad y su experiencia en el exilio transcurrido en Lipari. Buscaba habitar una casa hermética que, a su vez, satisficiera su melancólica nostalgia de espacio”.
Y esta esencia fue plasmada a cabalidad en esta magnífica obra que representa en si el más melancólico y triste recuerdo que, en su corazón, Curzio llevara consigo.
Esta casa, que en su esplendor, en cuanto a lugar se refiriere, ha logrado generar gran admiración al establecerse como un elemento más del bello paisaje que nos regala la ciudad de Capri, siendo esta, prácticamente, un elemento necesario he inconcebible en cuanto a su presencia se refiere.
El templo de los sentimientos.
La habitación es nuestro refugio a una realidad cada vez más hostil y absurda con nuestros sueños, es esa manta que de niños nos cubría cuando el miedo a las puertas del armario se acrecentaba, en este sentido debería ser el reflejo de las sensaciones personales del usuario, más no los deseos o caprichos que el arquitecto desea plasmar.
La persona, que en su condición de usuario, desee ocupar este recinto debería ver su habitación como un altar para sus pensamientos, para sus sensaciones, para sí mismo, logrando encontrar en ella a la persona que en su infinito ser desea mostrarse al mundo; y es así como es concebida la habitación en la Villa Malaparte, ya que el escritor Curzio Malaparte logra plasmar su espirito en esta magnífica obra, que de la mano del gran arquitecto Adalberto Libera, encuentra el equilibrio perfecto entre su ser interior y el templo que lo expresa.
La habitación es una espacio hermético, casi desapercibido desde el exterior, que logra desde su interior relacionarse con el paisaje hermoso y casi narcótico que lo rodea, es la expresión del deseo o temor de Curzio a la guerra es la búsqueda que plantea el mismo de un lugar en el cual mostrar la melancólica historia de su exilio, es también el deseo de despegarse del lugar donde se implanta sin dejar que este se pierda en su interior.
La habitación trata de absorber el esplendor de Capri con su mar y las colinas con las que choca, trata de desarraigarse de este sitio en cuanto a su encierro y su hermetismo; aunque el paisaje en el exterior sea tan refulgente que absorbe, en cuanto al exterior se refiere, a esta obra, el interior trata de separarse de él, es la respuesta a un espíritu que se encontraba cerrado al exterior, que fue cautivo de un pensamiento, que para ese momento, y aun para nuestro tiempo, está inmerso en un mar de críticas y contradictores.
http://gmasaarquitectura.wordpress.com/2013/01/03/una-casa-como-yo-casa-malaparte/visual-interior/
Collage.
No hay comentarios:
Publicar un comentario