domingo, 23 de febrero de 2014

CASA SANTA ANA - GERMAN SAMPER GNECO

Nombre del Proyecto: Casa Santa Ana

Nombre del Autor: Germán Samper Gneco

Por: Jorge Adolfo Leon Bautista



El Habitar Moderno de Germán Samper Gneco (Casa Santa Ana, Bogotá, 1955)

Esta vivienda blanca y de formas muy racionales es la muestra clara del pensamiento moderno que llegó tras el arribo nuevamente a Colombia del maestro Germán Samper. En el que se evidencia la influencia de Le Corbusier en la simpleza de las fachadas, sin ornamentos. La ortogonalidad y ese sentido práctico del que hacer arquitectónico al emplear relaciones interior exterior sencillo y contundente.

“algunos proyectos (de Samper) que, junto con sus primeras obras en su despacho individual. Como la iglesia del barrio el polo y su propia casa, confirmaron su inclinación por una arquitectura del momento, como fueron el uso de los closet en fachada – que permite una gran profundidad en las ventanas –las cubiertas con aleros en concreto suavemente inclinadas y el cuidado en la formaletería del concreto” (Samper – Ramírez, p122)

Es una vivienda de dos niveles en la que intuiría que las áreas sociales se encuentran el en primer nivel junto con algunos servicios y en el segundo, se proporciona la privacidad suficiente para las habitaciones y los espacios de descanso más íntimos de la vivienda, localizada al norte de la ciudad en un área de carácter suburbano en esa época en que es construida, obedece al confort buscado al tener la vivienda aislada, en la que los espacios exteriores jugaban un papel importante. Eran el patio de  juegos de los niños y posiblemente los espacios de múltiples actividades propias de una familia. El esparcimiento de cada uno de los habitantes de la vivienda en conjugación con ese ambiente que le proporcionaba esa área boscosa en que se encuentra contextualizado.

A la derecha se observa una mujer llegando a la vivienda. Se puede apreciar que esta vivienda se encuentra sobre una topografía en la que fue necesario el uso de elementos de acceso como esa escalera en ladrillo. Supongo que con el fin de realzar la vivienda en función del terreno.

Finalmente, grandes ventanas que proporcionan una iluminación natural importante en cada uno de los espacios de la vivienda, eran parte de la preocupación del pensamiento moderno, dado que la ventana sería un elemento vital para el desarrollo de las relaciones interior exterior de la vivienda además de proporcionar mejores condiciones de asolación de los espacios

El Arquitecto Moderno

Su familia siempre presente como se puede observar en su despacho, casi frente a cada uno de los proyectos que este escritorio vio nacer, crecer y culminarse exitosamente, así inicia su maravillosa carrera por esta profesión Germán Samper Gneco.

Su sofisticación se logra distinguir en la simpleza y funcionalidad de su área de trabajo, una mesa muy grande con un excelente elemento de la época para no perder de vista sus trazos  y retratos de la ciudad que lo vio crecer.

Su amplio deseo por rehacer esta ciudad tras ese fatídico día en que casi se pierde todo legado con la destrucción y el caos. Germán Samper seguía ahí inmóvil pensativo y sereno como ha sido siempre a lo largo de su trayectoria. Firme y seguro de sus convicciones y conocimientos, buscando darle vida y algo de tranquilidad a su ciudad natal.

“el ingenio nos asiste en proyectar caminos de realización, pero la idoneidad consumada que asegura el reconocimiento en el desempeño de la arquitectura y el urbanismo proviene de la determinación y la disciplina; Germán Samper ha hecho de estas un “bastión”, el mismo desde el cual se propuso transfigurar su obsesión y realidad. Su ingreso a la “factoría” de la arquitectura moderna por excelencia fue igualmente fruto del encuentro con Rogelio Salmona según cuenta, y con quien compartió experiencias en aquella exuberante escena parisina que fueron acompasando el advenimiento de una dialéctica recíproca que se vio finalmente concretada en la incipiente urbe bogotana; un pasillo – una ciudad – dos temperamentos – dos arquitecturas. Así como Le Corbusier le estimuló a hacerlo y para quien la mano era el instrumento mediante el cual la mente se conectaba con el mundo, su puerta de entrada a la elucubración y método de aprehensión reside en el dibujo. Lo material es asimilado en sus trazos y así lo real deviene sustancia de trabajo y fuente de inspiración para lo imaginario” (SCA.boletín 72)

Siempre lo acompaña un lápiz o algún estilógrafo para plasmar sus ideas y como decía Le Corbusier, conectarse al mundo por medio se sus manos y sus trazos, es aún un trasnochador indudablemente, que no para de trabajar y de procurar hacer realidad esa idea de ciudad que muy seguramente adoptó tras ese paso significativo en su carrera con su mentor Suizo en obras como la ciudad india de Chandigarh,

A su lado siempre unos lentes para no forzar mucho sus ojos y de esta manera poder mantener constante esa conexión con el mundo que lo rodea.

“nos aficionamos a pintar por solicitud del maestro. Nos dijo “dibujen, el arquitecto tiene que dibujar porque seguramente la única oportunidad que usted tiene de estar frente a una arquitectura de valor ¡no va a estar volviendo! Entonces estúdiela, coja una hoja de papel y analice su estructura y todo eso”. Y entonces con Rogelio salíamos. Almorzábamos y discutíamos mucho en los cafés…” (SCA.boletín 72)

Es así como el dibujo es y será el elemento que hizo grande  a este maestro de la arquitectura nacional. Que claramente se puede observar en su despacho tan concentrado en su quehacer arquitectónico.

“…entonces no era fácil... hacer carrera en Francia y yo sí sabía que en Bogotá tenía posibilidades y que pues me abría camino en Bogotá, y la primera vez que yo le dije a Le Corbusier que me devolvía me dijo: “usted no se devuelve ¡punto! Tranquilamente a usted le falta todavía un tiempo aquí para…” bueno, con ganas de – que se quedara – si porque yo ya naturalmente le conocía los trucos”

Su tranquilidad y serenidad aún se reflejan hoy en día.es un ser humano muy tranquilo y goza de excelente salud. Vive una vida tranquila al lado de los suyos. Esos mismos que allí en esa foto estuvieron presentes y se mantienen.

(Portada del documental GERMAN SAMPER GNECO, “el camino de un Arquitecto”), Bogotá, 18 de abril de 1924

LA CASA SANTA ANA Y SU INFLUENCIA EN EL HABITAR COLOMBIANO

Para entender la vivienda social en Colombia y el trabajo de Germán Samper, hay que conocer sus antecedentes históricos. Con la modernidad industrial surge la clase obrera, como una nueva forma de vida que rápidamente adquiere una escala sin precedentes. El movimiento moderno en arquitectura se consolida en Europa en un periodo de grandes conflictos bélicos, entre las dos guerras mundiales. En este momento histórico se exacerban muchas carencias que venían surgiendo y evidenciándose a partir del desarrollo de la revolución industrial, comprometiéndose con esta nueva realidad social, económica y productiva, estudiando sus necesidades y características, y acometiendo el reto de proponer un hábitat acorde a esta nueva realidad.

Se ve en la producción industrial la alternativa para suplir el déficit cualitativo y cuantitativo en materia de vivienda para la naciente clase obrera y en la colaboración con los Gobiernos, la única posibilidad de realizar sus planteamientos de acuerdo con la gran escala requerida. Continúa así la labor incipiente que anteriormente han acometido algunas instituciones laicas y religiosas. Desde los años 30, el Estado colombiano, en su intención modernizadora, da paso a la creación de instituciones para promover la vivienda social como respuesta a un problema habitacional evidente y creciente. En Colombia, a diferencia del caso europeo, el problema de la vivienda no está relacionado únicamente con el crecimiento de la clase obrera, sino principalmente con la llegada de inmigrantes provenientes de diversas zonas rurales del país que procuran mejorar  sus condiciones económicas y sociales. Algunos llegan debido a conflictos políticos internos que generan violencia en áreas generalmente rurales.

Las alternativas gubernamentales son insuficientes debido a que su estrategia no cobija el total de la población. Los lineamientos de las instituciones estatales están dirigidos a sectores poblacionales que cuentan con empleos formales. Para el gran segmento de la población que no puede acceder a estos programas, surgen nuevas modalidades informales que les facilitan el acceso a formas muy básicas de cobijo. Este texto pretende mostrar, como marco contextual general, notables ejemplos de vivienda social por parte del Estado a través de instituciones públicas (algunas ya desaparecidas) del sector privado (Unidad Residencial Colseguros) y de vivienda informal (barrios Juan XXIII y Policarpa Salavarrieta), como parte del ámbito en el cual Germán Samper Gnecco desarrolla sus propuestas y teorías habitacionales a través de proyectos con instituciones públicas, privadas o en su aporte al tema del desarrollo progresivo para la vivienda social, tema afín a la vivienda informal.

“Al ‘refugio’ de Germán Samper se llega por una calle ancha, larga y ligeramente empinada que nace en la carrera 7a. Cuando por fin se llega a la puerta, el ruido de los carros ha desaparecido por completo y el paisaje lo dominan los cerros nororientales de Bogotá. El arquitecto vive en uno de los pocos barrios de conservación arquitectónica que se salvó del ‘boom’ de la construcción de finales de los 80 y comienzos de los 90, y que generó una debacle urbanística en la capital. Samper llegó al barrio Santa Ana cuando la tierra no costaba tanto. "Con los exiguos ingresos de un arquitecto joven pude comprar este lote y construir mi casa y la fui desarrollando poco a poco en la medida en que iban llegando los hijos", dice. En realidad no es una casa sino varias casas, que asemejan al trazado un pueblito colonial, que fue surgiendo de sus trazos a lápiz. 

Para llegar a su casa-oficina-estudio se debe cruzar un par de callecitas en escalones. Las puertas a lado y lado confunden al visitante y generan esa sensación de estar perdido en un pueblo. El sol de verano se ha ido hace pocos días y las lloviznas y el frío hacen recordar la vieja Bogotá, cuando la ciudad se despertaba todas las mañanas cubierta de neblina y se construía ladrillo por ladrillo. “
(Revista Terracota 27 Enero - Febrero 2008)

"Cuándo, saliéndose del principio de implantación volumétrica de CIAM de organizar edificios autónomos, se busca compactar los volúmenes, se produce un cambio radical. Lo que cuentan son las relaciones entre edificios y no los volúmenes de estos. El espacio público se vuelve el protagonista."

Germán Samper Gnecco, el arquitecto bogotano que anotó estas palabras en su libro Recinto urbano. La humanización de la ciudad (1997), es en estos días un hombre festejado. Después del premio a la trayectoria otorgado por la VII BIAU Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo y el doctorado honoris causa de la Universidad de los Andes que le fue entregado a principios marzo, ahora se le dedica una extensa exposición en el Archivo de Bogotá, durante cuya inauguración además fue condecorado con la Orden Civil al Mérito Ciudad de Bogotá.

La obra de Samper es trascendental para la arquitectura colombiana. Si bien su formación como arquitecto, en los años 1950s ocurre en un momento en que el movimiento moderno está en su momento de mayor auge, Samper poco a poco construye un discurso propio, ayudado por el renovado interés por lo íntimo y la escala humana en los años 1960s y 1970s, e inspirado por una serie de encuentros con la realidad del país y los ciudadanos, por ejemplo cuando es gestor del barrio La Fragua, un experimento de autoconstrucción dirigida único para la época.

Es precisamente en la vivienda y el tejido residencial de la ciudad que este discurso toma forma. No es sorprendente entonces que la exposición –que lleva el sugestivo título Casa + casa + casa = ¿ciudad?– se concentre en la investigación proyectual en vivienda de Samper, dejando por fuera obras como las torres de oficinas para Avianca y Coltejer, la biblioteca Luis Ángel Arango y el Museo del Oro.

Esta visión parcial de la obra de Samper se justifica cuando vemos el material expuesto sobre proyectos de vivienda como PREVI (Lima, Perú), Ciudadela Real de Minas (Bucaramanga), Ciudadela Colsubsidio o La Fragua (ambos en Bogotá). Los dibujos de Samper, en gran parte provenientes del fondo documental que dejó al Archivo, son valiosos planos hechos a lápiz, tinta o simplemente marcadores de color, llenos de anotaciones en el margen –palabras que en primera instancia son la memoria del arquitecto, pero que al exhibirse se convierten en instrucciones para entender el proyecto.

LINEA DEL TIEMPO


PLANOS Y MAQUETA








BIBLIOGRAFIA

1.

· Mendoza Laverde, Camilo (2004) La Pérdida de la tradición Moderna de la Arquitectura en Bogotá y sus alrededores, Bogotá. Editorial precolombina
· Doshi Balkrishna Vithaldeas (2011) Germán Samper Bogotá, Diego Samper ediciones

2.

·         (Germán Samper: El camino de un arquitecto; Una producción de Catalina Samper y Ataca Films, dirigido por Carlos Mario Urrea)
·         Doshi Balkrishna Vithaldeas (2011) Germán Samper Bogotá, Diego Samper ediciones
·         M A T R I O S H K A  ® (2010) Boletín S.C.A. 72 _ ESPACIOS con Germán Samper , Sociedad colombiana de Arquitectos

3.

·         Mendoza Laverde, Camilo (2004) La Pérdida de la tradición Moderna de la Arquitectura en Bogotá y sus alrededores, Bogotá. Editorial precolombina
·         Doshi Balkrishna Vithaldeas (2011) Germán Samper Bogotá, Diego Samper ediciones
·          (Germán Samper: El camino de un arquitecto; Una producción de Catalina Samper y Ataca Films, dirigido por Carlos Mario Urrea)
·         M A T R I O S H K A  ® (2010) Boletín S.C.A. 72 _ ESPACIOS con Germán Samper , Sociedad colombiana de Arquitectos 

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