domingo, 16 de febrero de 2014

Enrique Triana, Colombia, (1929). Casa el Refugio

POR: JUAN SEBASTIÀN GÒMEZ CABEZAS



Super constelation.


La ciudad de Bogotá después de la primera mitad del siglo XX se halla en un contexto caracterizado por coyunturas político-sociales de carácter nacional que desencadenan en una transformación urbana e introducción de un nuevo concepto cosmopolita de ciudad.

Entre el año 1953 y 1957 Colombia se encuentra bajo la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla, único dictador que ha tenido el país, cuyo golpe de Estado está enmarcado en el retraso en todos los ámbitos que afrontó el país gracias a la guerra que se vivía entre liberales y conservadores.

En materia formal y estética, la ciudad mantenía una afinidad en la arquitectura y el urbanismo de Francia consecuencia de la fascinación que tenían las clases elitistas hacia estilos europeos. Esto se materializaba en el aspecto que tenía la plaza de Bolivar hacia finales del siglo XIX y que para el periodo abordado (1960), se habían retirado los espacios para estacionamiento de vehículos y las fuentes, configurando el actual espacio de la plaza, principalmente dirigido al uso peatonal. “América necesitaba tiempo para crecer, y espacio para desarrollarse, y ninguna estratagema para dominar a las arrogantes naciones del viejo mundo podía desaprovecharse.” [1]

En este mismo periodo y dentro del contexto político mencionado, se realizan las construcciones y entrega de el aeropuerto internacional El dorado con el fin de reemplazar el aeropuerto de techo y generar un eje de desarrollo urbanístico hacia el occidente de la ciudad. El dictador vislumbra la idea de “Una hermosa capital para recibir decentemente a los diplomáticos extranjeros era una necesidad real en los duros y peligrosos cimientos de la diplomacia internacional.” [2]

En la imagen se aprecia el aeropuerto terminado y en inicios de su funcionamiento, aquellos dos aviones eran los más modernos de la época en materia de transporte comercial, el Súper-constelation ofrecía el servicio de primera clase, además tenía la autonomía para realizar el vuelo Bogota-Madrid o Bogota-New York sin escalas.

La ciudad pues experimentó en una serie de transformaciones de diversa índole que en el gobierno de Rojas Pinilla se materializan en cambios y avances de infraestructura cual hecho más importante es la construcción del aeropuerto el Dorado, que le confiere a la ciudad un desarrollo sin precedentes que se manifiestan hasta nuestros días.

Super.Constelation, Tito J.Celis,1960. 
Fecha de Consulta 1 Octubre 2013


[1] LEONARDO, BENEVOLO. (1992). “Historia de la Arquitectura Moderna”. Barcelona: Gustavo Gilil. Página 250.
[2] LEONARDO, BENEVOLO. (1992). “Historia de la Arquitectura Moderna”. Barcelona: Gustavo Gilil. Página 250.


Revive Casa Triana.


La casa Triana es un referente valioso para la historia de la arquitectura moderna en la ciudad de Bogotá. En la actualidad se pierde la oportunidad de ser visitada y estudiada directamente ya que fue demolida, por lo cual el proceso de consulta se hizo bastante extenso y tedioso. Pero a pesar de lo anterior significó un desafío personal en cuanto a la esperanza de consolidar información y servir como referente para esta obra y el arquitecto; Enrique Triana Uribe. 

Dentro de la indagación sobre el arquitecto y su apuesta en el diseño se encuentra como gran recurso consultado la obra “El contenido expresivo en la obra de Enrique Triana”[1]. Y como recursos visuales y de planimetría la revista PROA No 135 [2], esta publicación es un recurso pobre en cuanto a la calidad de los planos pero sin embargo cuenta con lo indispensable para hacer un levantamiento arquitectónico. 

El proceso de elaboración la maqueta consistió en definir los perfiles de cerramientos de la vivienda, al empatarlos con el plano horizontal del segundo nivel pude obsevar y aprender un poco sobre la composición de los volúmenes. El desarrollo de la cubierta implicó la tenencia en cuenta de la inclinación y la incidencia estructural en los elementos que la soporta pero más que todo el carácter organicista que Enrique Triana le imprimió a esta obra especialmente. 

La experiencia en el desarrollo de la maqueta no solamente fue hecho trabajando tradicionalmente desde las 2 dimensiones sino también tridimensional al desarrollar este referente en la asignatura de representación en software revit. 

Los obstáculos que se presentaron en vez de ser impedimento fueron una motivación para darle vida de nuevo a una obra emblemática y que expresa mucho de la modernidad arquitectónica en la capital del país.






[1] VEGA, RAFAEL. (2007). “El contenido expresivo en la obra de Enrique Triana”, Bogotá: Punto Aparte. Pág. 72.
2 http://www.banrepcultural.org/sites/default/files/lablaa/revistas/proa/proa/proa135.pdf


Reflexiones del habitar moderno en Bogotà.


Después de la conceptualización en la escala urbana, requerida para la comprensión de los fenómenos espaciales, sigue ‘el habitar’ como hecho o proceso clave para el entendimiento del desarrollo de la modernidad en la ciudad de Bogotá. 

La casa Triana del arquitecto que lleva su apellido, Enrique Triana Uribe puede ejemplificar diversas características de lo que la tendencia estilística moderna produce al establecerse en la ciudad de Bogotá. Pero no basta solamente en hacer la comparación de criterios formales, es necesario también buscar las razones socio-históricas que dan como resultado la configuración del modernismo en la ciudad. 

El primer hecho a tener en cuenta que da cuenta el análisis de la obra en cuestión, es su cualidad de ser residencia del proyectista. Es decisivo, ya que gracias a esto se pueden evidenciar con total claridad sus valores disciplinares, personales y profesionales. Enrique Triana comenta: “Otro espacio preferido por mis hijos cuando eran niños, era la habitación principal, porque allí hay un lugar para un sofá y un par de sillas, de manera que resulta un estadero familiar muy agradable”. [1] La casa Triana entendida pues como un espacio diseñado para habitar resulta de especial interés ya que “dominaba el sello neoplasticista en el amoblamiento y en la ambientación, mientras que en la casa que hoy ocupa hay una revaloración de las antigüedades e imágenes que evocan la tradición”[2]

Lo anteriormente citado solo puede relacionarse con el modo de entender la arquitectura desde las visiones y experiencias de los maestros de la arquitectura europea; como el joven Walter Gropius y su fascinación por la modulación neoplasticista le confiere una manera de habitar característica en la escuela ‘Deutscher Werkbund’ o las tradiciones artesanales de los tejidos o amoblamiento de las ‘Arts and Crafts’. 

Mayor interrelación no puede hallarse que la que tiene Enrique Triana con Frank Lloyd Wright. “Esta es una casa orgánica” nos dice Triana, sus criterios topológicos, la horizontalidad, los cimientos en piedra o la continuidad del espacio en planta son solo una muestra de las características morfológicas comunes a ambos, inciden en la manera del habitar la casa, la manera de habitar la habitación (valga la redundancia) está referenciada con el exterior, la naturaleza y la arborización que son constantes características de la zona norte de la Bogotá de la época. 

Pero la conclusión de lo anterior no evoca la idea de la copia desmesurada del estilo europeo y sus tradiciones simuladas por la sociedad bogotana (aunque es claro el fanatismo burgués por las tradiciones francesas e inglesas). Los arquitectos en su intención por aterrizar las concepciones arquitectónicas, proponían espacios para la vida familiar de la ciudad de Bogotá. 

Estos espacios fueron diseñados para contribuir en la ordenada distribución de los recintos y en la lógica circulación, lo que permitía establecer relaciones de contigüidad y segregación como garantizar los distintos niveles de privacidad, la habitación de los padres estaba separada generalmente de la de los niños por un largo corredor y cada una de estas contaba con un cuarto de baño; el de los padres, y el de los niños. [3]

La generosidad en los espacios tanto en su dimensión vertical como horizontal es un factor evidente en sus proyectos de viviendas unifamiliares, distinto de multifamiliares en las cuales la cualificación del espacio es más importante debido a la racionalidad constructiva que se busca y que por obvias razones configura un nuevo modo de habitar. Más que una máquina operacional, la vivienda se configura como una obra capaz de transmitir mensajes de carácter expresivo hacia sus ocupantes. 

Todo lo expuesto anteriormente configura a grandes rasgos solo una de tantas visiones del habitar moderno en la ciudad de Bogotá. Una vida familiar en un entorno amable. 

El habitar entendido más que como el simple hecho de ocupar un lugar, ofrece las posibilidades del redescubrimiento en sí mismo. Una interacción que enfatiza la racionalidad de las formas y de la actividad. 

La generación a la cual pertenece Enrique Triana es una generación monolítica. No estaba escindida, Vivian como pensaban y construían como Vivian, su vida es una unidad coherente, hay un compromiso de autenticidad, de vuelta a lo esencial, hay repugnancia ante la falsedad, predican con ejemplo, hay una actitud radical íntima asumida. 

Silvia Arango 

[1] VEGA, RAFAEL. (2007). “El contenido expresivo en la obra de Enrique Triana”, Bogotá: Punto Aparte. Pág. 72.
[2] VEGA, RAFAEL. (2007). “El contenido expresivo en la obra de Enrique Triana”, Bogotá: Punto Aparte. Pág. 6
[3] GOMEZ, LUZ MARIELA. (2008). “Una mirada al interior de la vivienda moderna. Bogotá, años cincuenta”, Bogotá. Dearq.uniandes 03. Pág. 121.

Isabelina y moderna.


El habitar moderno es una temática que permitió encontrar recursos valiosos para conocer parte del modo de vida de los bogotanos en el auge del modernismo arquitectónico. La fotografía de Enrique Triana en su aposento deja ver dos de las principales disciplinas del diseño, (la pintura y el amoblamiento), este ejercicio se centrará en el segundo mencionado permitiendo establecer otro modo de entender la cotidianidad, y es a través del objeto. 

El primer objeto es una silla isabelina de tradición manufacturera con características reconocibles. Entra en el estilo artístico que se desarrolló en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVI, coincidiendo con el reinado de Isabel I. Este estilo marca el comienzo de la Edad Moderna en el arte inglés. En el estilo isabelino las patas de las mesas y las columnas de las camas tienen la típica forma de jarrón o de taza. El ornamento hace a su vez el todo y la parte del objeto ya que toda su estructura está moldeada a través de este principio. 

El segundo objeto, una silla cuyo autor y nombre se desconoce pero que gracias a sus cualidades puede reconocérsele claramente como un “sillón bajo moderno sin brazos estilo pop”. Referentes como la silla “Hanna” del 2001 de René Holten Fig 2 permiten evidenciar características comunes en lo que respecta a la composición formal; confortable para el uso y belleza a la vista. La robustez de su cuerpo contrastante con la esbeltez de las patas produce la sensación de flotabilidad. 

La silla Womb, de Eero Saarinen Fig. 3, es es una muestra del estilo de trabajo, con tendencia a quebrar las normas, romper moldes y establecer nuevos estándares para el diseño moderno. Fue un encargo para Hans Knoll. « La silla Womb fue un ensayo tridimensional que reflejaba la idea personal de Saa­rinen acerca de cómo debía sentarse el ciudadano de posguerra. Confort, innovación tecnológica y expresión individual eran los tres pilares de su diseño. "Hoy en día, la gente se sienta de otra manera que en la era victoriana", comentó el arquitecto».[1]

Curiosamente este comentario de Saarinnen deja ver el anti historicismo característico de la modernidad y especialmente de sus últimas etapas en las cuales el revisionismo entra a tratar de conciliar la tradición con los nuevos postulados contemporáneos. 

Hacia la segunda mitad del siglo XIX se desarrolló en Europa un movimiento artístico y literario llamado el “Expresionismo Abstracto”. En contravía se encontraba el dadaísmo que rechazaba toda tradición. Pero como se evidencia en el habitar moderno y especialmente en el rumbo que tomó la expresividad de diseño del arquitecto, “Resulta muy importante en la asimilación de las influencias del paso del esquematismo modernista a la vigencia complejizada que significa pasar de Mondrián a las antigüedades, pero no como una actitud retrógrada, sino como una actitud de ampliar las dimensiones de lo vital sobre lo puramente visual”[2]. Lo anteriormente mencionado solo reitera el contraste existente entre la tradición del diseño a manufactura con ornamento y el racionalismo modernista, que solo la maestría de un arquitecto experimentado y que ha superado su momento histórico puede conciliar. Viendo a través de la historia y valorándola. 

El análisis de la dualidad existente entre los estilos de diseño de estos dos objetos deja ver la fenomenología y la razón vital por encima de la lógica formal, la cual considero desmesurada en algunas ocasiones en materializaciones de la doctrina moderna que repudia en ornamento pero no valora estos resultados como productos del diseño. 

No solamente por contar Enrique Triana con la maestría que le produce entendimiento en sus periodos de mayor lucidez se dio el lujo de hacer la sabia combinación de diferentes estilos en el amueblamiento con incidencias en el habitar. Esta es una cuestión recíproca; la sociedad también actúa como condicionante en este hecho. El modo de vida conservadora de la sociedad colombiana y en el caso que nos atañe, bogotana, influyó en el ver las tradiciones como un valioso recuerdo tanto por lo que significa en la vida familiar como lo que significa en la experiencia visual de un individuo. 

Cuando se cuestiona acerca de la relación entra objeto y casa, la casa juega el papel moderno como la silla pop. El arquitecto en sí mismo es una acumulación de saberes y experiencias, nadie tiene la mente en blanco. Pero el fruto de la experiencia es el que hace converger a la modernidad y al ornamento en una casa moderna. 

La conclusión es sencilla, el habitar está compuesto por diversas características que en la mayoría de los casos rebasan los niveles proyectuales y que se acercan al campo humanístico-social. El contraste no fue casualidad, en los dos estilos se puede encontrar los modos que fueron periodos en la vida del arquitecto Enrique Triana. 


[1] http://www.disenoyarquitectura.net/2009/06/decora-en-momo-sillon-womb.html
2 http://www.disenoyarquitectura.net/2009/06/decora-en-momo-sillon-womb.html


Planos.



Collage.


















1 comentario: