martes, 25 de febrero de 2014

Villa Tugendhat - Mies Van der Rohe


MIES VAN DER ROHE

VILLA TUGENDHAT

Por: Daniel Ramírez Cortés
 
ARQUITECTURA DE LA FLUIDEZ ESPACIAL

Un gran espacio constituido a fin de que allí puedan realizarse varias actividades al mismo tiempo, actividades que se articulan como un todo por medio de  un esquema lógico y básico de distribución, diferenciándose así “unas de otras tanto por el mobiliario y su colocación como por los elementos arquitectónicos. ’’1
De esta manera se distinguen la zona de estar creada a partir de la relación centralizada  de cuatro sillas  blancas sobre una mesa rotonda de superficie negra, la zona de música que contiene un piano de cola y la zona de trabajo  con sillones de color azul oscuro colocados sobre una alfombra de lana marrón; que a pesar estar ubicados como diferentes ámbitos, contiguos, no hacen “sino matizar la percepción fundamental de un único espacio interior.”2
La iluminación natural distinguida a través de una enorme franja de claridad en el  suelo, recubierto con linóleo blanco a fin de que “”se conservara la impresión de una superficie sin juntas que <<reflejara>> el techo”3, incide directamente sobre los objetos como el piano y sus caras expuestas, sobre el cristal opaco ubicado como telón de fondo de la zona de estar que hace presente mediante el reflejo un torso femenino, una copia de la escultura de Wilhem Lehmbruck, y el contexto natural inmediato que justificaría tan enorme entrada de luz no solo como sistema para lograr un confort térmico sino para favorecer las visuales del proyecto; y sobre las columnas que fortalecen a “través de su cromado, la ya de por si impresionante sensación de espacio a través de los espejos y reflejos de la luz.”4
La iluminación al disponerse de forma lineal entre dos ámbitos logra una clara división entre ellos y forja un espacio de circulación que continúa hacia algún lugar más allá de donde la vista no nos lo permite, un lugar de grandes cristales que ha sido pensado con relación a su exterior.

1,2,3  SCHULZE, Franz.  MIES VAN DER ROHE: A Critical Biography. Madrid : Hermann Blume, 1986. P. 174

       4  BRECHT-BENZE Christina.  Documental vivienda Tugendhat (Mies van der Rohe): Exposición en Atinne. 26 de                          a     Noviembre de 2010.












MIES VAN DER ROHE: LA ARQUITECTURA DE LOS NUEVOS VALORES EN EL MODERNISMO


Revista Architectural Design A.D, nº ¾
Marzo-abril,1995, p.30
Mies van der Rohe y Philip Johnson delante del
Seagram Building, Nueva York, 1959


Mies Van der Rohe se muestra en aquella foto con un traje de etiqueta, una corbata, un sombrero; elementos que hacen de  su personalidad algo llamativo, incitan a su tranquila seguridad y al mismo tiempo lo hacen un individuo dotado de una racionalidad latente. La carencia de ornamentos en su vestuario expresan la universalidad del ser, “el hombre-tipo… idéntico en todas las latitudes y en el seno de todas las culturas” predicado por el movimiento moderno.1
En el plano de fondo se observa  una de las obras de este arquitecto, El Seagram Building construido en Nueva York en 1958. De ella se puede deducir que es el logro de una innovación  de la técnica  a través del cual la estructura se ha dispuesto de cierta manera con el fin de  “comunicar información visual interesante acerca del edificio, distinta a la naturaleza de su uso” 2. Este acto lo dota de sinceridad  al mismo tiempo que se ve realzado su volumen por el “acabado monocromo y opaco… la renuncia a cualquier contraste de color entre el dibujo de la estructura metálica y los lienzos vidriados” 3. La forma se supedita a un volumen de características regularizadas o estandarizadas, pudiéndose realizar en diferentes  lugares con diferentes resultados pero manteniendo los mismos valores.
Sin embargo, lo que importa más allá de la “ arquitectura de piel y huesos” 4 es el espacio interior , como si de un organismo estuviésemos hablando, donde “ la esencia del problema la constituye la construcción de la unidad de habitación… de forma tal que para cada  unidad sea creadas condiciones igualmente favorables” 5
La postura de Mies van der Rohe y el carácter reflexivo expresado en sus ojos, que con cuyo paso del tiempo irán sufriendo a causa de un estrabismo divergente; atentos a sucesos ajenos a nuestro campo de visión nos puede narrar que el ser tras ese traje disfruta de la soledad, aquella con la cual consolida sus ideas más gratas. Aunque dedicado en cierta medida a la producción de modelos estándar, funcionales, con concepciones que superan las fronteras del movimiento moderno, entablando una conversación directa e inmediata entre ámbitos públicos y privados, su obra adquiere gran valor no solo desde interpretaciones intelectuales de sus intenciones reflejadas en sus creaciones sino desde el impacto sociológico producto de ello. Se demuestra esto en el hecho de que Mies Van der Rohe se convierte en el medio por el cual la arquitectura se expresa en su lógica más simple y a la vez más compleja, mediante soluciones obvias, obligadas que permiten al ser mantenerse en libertad, sin sometimiento ni coacción producidos por una voluntad egoísta o autoritaria de una genialidad creadora. Por consiguiente se aferra a una transformación natural que no depende de la arquitectura misma sino de la interacción de los rituales que allí se realizan, condescendiendo con los valores de cada momento más reciente y evitando llegar a ser obsoleto en el trascurrir del tiempo.
Tal vez habríamos de preguntarnos si en el futuro, condicionados por esquemas de entonces dicha actualidad  y afirmando que los “esquemas sólo nos permiten ver los fenómenos y no las cosas en sí mismas” 6 imposibilitando dar una concepción de verdad en bruto, los significados e interacciones sociológicas de las obras de Mies van der Rohe podrán superar dichas transformaciones de la sociedad como lo han hecho hasta ahora, evitando ser obsoletas con el trascurrir del tiempo.  Esto solo se dará si concuerda con los valores de otras épocas futuras. Ahora si nos remitimos al pasado, la arquitectura de Mies pudo ser desentendida producto de sus aspiraciones para el establecimiento de nuevos valores. El propio Mies afirma:

“Aquí empiezan los problemas del espíritu. La pregunta importante  no es «qué» sino «como». Qué bienes producimos o qué instrumentos usamos cuestiones de valor espiritual.
Cómo se plantea la cuestión del rascacielos contra edificios bajos, o si construimos en acero y cristal, son cuestiones sin importancia desde el punto de vista del espíritu. (…)
Pero lo decisivo es, precisamente, la cuestión del valor.
Debemos levantar nuestros valores, fijarnos fines últimos para así establecer reglas de medida” 7
    1 CHOAY, Francoise (1965) L'urbanisme, utopies et réalités : Une anthologie. Paris.

2,4  DREXLER, Arthur (1981) Transformaciones En la Arquitectura Modern. Barcelona: G.Gili

3,7  BENEVOLO, Leonardo (2002) Historia de la arquitectura moderna (8ª edición) Editorial Gustavo   
      Gili, Barcelona

    5AYMONINO, Carlo (1980) L'abitazione razionale: atti dei Congressi CIAM 1929-1930,       
     Padova, Marsilio

    6JENCKS, Charles. (1975) El significado En Arquitectura. H. Blume, Madrid


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