Nombre del Proyecto: Casa Figini, Milán, Italia, 1934 – 1935.
Nombre del Autor: Luigi Figini y Gino Pollini.
Por: Raúl Andrés Sánchez Mesa.
HABITAR EL EXTERIOR
“Debíamos distinguir el núcleo de la verdad. Solo las preguntas que se refieren a la esencia de las cosas tienen sentido. Las respuestas que encuentran su generación entorno a esta pregunta, son su aportación a la arquitectura.” Ludwig Mies Van Der Rohe
Para Figini la vivienda es un aspecto especialmente importante de la arquitectura. Para el arquitecto, la casa es capaz de trascender en el tiempo, de adaptarse y ser tan útil ahora como en un momento diferente para el habitante, a lo que llama “la casa que crece”. concepto que evidencia el constante acercamiento al hombre que hace a través de su arquitectura, arquitectura introspectiva y estética, con formas fluidas que a pesar de que no son aparentes en los elementos constructivos si se logran con el manejo de la luz, el cielo y el agua, muy presentes en este proyecto. Evidenciaremos la importancia que se le da a la naturaleza, desde la implantación hasta la composición y como se hace más notoria en ciertos puntos de la casa según la intención que se quiere conseguir. A la vez que busca este acercamiento, pretende lidiar con los retos arquitectónicos de las técnicas constructivas modernas que se presentan, como sobrecalentamiento en verano y la pérdida del calor en invierno, entre otras. Y propone soluciones que fueran eficaces, directas y que estéticamente dialogaran con el diseño y la tendencia moderna presente en la casa.
Figini asume la casa como un espacio muy privado, un espacio en el que la persona debe poder desenvolverse sean las costumbres que tenga, debe proporcionar una experiencia de privacidad, de silencio, de comunicación con la naturaleza y el espíritu del hombre. Para lo cual la casa debe cumplir con ciertos requerimientos desarrollados en la Villa Figini, en este caso la casa está muy retrocedida, aislada de sus vecinos, lo que le otorga el primero de estos requerimientos, la privacidad que se enfatiza con sus fachadas cerradas desde todos los puntos de vista, además, no interviene el terreno de implantación y acerca la naturaleza al interior de la casa, hecho que le aporta una directa relación con esta como otro de los puntos importantes, de
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manera que el habitante no debe salir de su privacidad y comodidad para disfrutar de esta y desarrollar actividades que la requieran, como los deportes en la cubierta, tomar el desayuno al aire libre.
Al entender la manera como quiere relacionar y acercar al hombre con la arquitectura, el proyecto empieza. Primero estudiando su implantación, pues al hacer una observación a nuestro entorno, muchas veces las actividades relacionadas con el habitar (dormir, comer, trabajar o crear lazos), se desarrollan en espacios repetitivos, des-localizados o sin referentes aparentes, donde el espacio solo es un volumen contenedor. Como una propuesta que se diferencia de esta situación, en este proyecto se busca relacionar no solo al hombre y la casa, sino al hombre con el exterior, a la casa con el exterior y en conjunto estas tres partes, siempre condicionadas por el tiempo, y es entonces que los arquitectos toman una de las primeras decisiones importantes en el proyecto, y es aislarlo del suelo, “Tantos arquitectos, geómetras e ingenieros han aplastado la naturaleza. Yo por el contrario he dejado (o mejor he querido) que la naturaleza dominase mi arquitectura. Pero yo no lo llamo exactamente dominio, sino afectuoso dominio o mejor aún, afectuoso abrazo”1, esto lleva a una primera reflexión y es que a pesar de que la casa esta aparentemente separada del suelo, aislada, lo que el arquitecto pretende mostrar es un dialogo con el contexto y un mayor acercamiento a la naturaleza, al “no aplastar el suelo” genera una continuidad visual al entrar al predio, y esto hace que leamos el espacio casi intacto, sin intervenir, donde las columnas en concreto se mezclan con los troncos de los árboles que se han decidido respetar en la construcción, generando un espacio libre y habitable, dispuesto para alguna actividad. Además, continúa con esta mezcla de arquitectura y naturaleza, al decidir que se acceda a la casa por medio de una escalera blanca con barandas que permiten la transparencia visual y se vea al habitante elevándose entre los árboles y vegetación del terreno, hasta desaparecer bajo la casa, que constituye un recorrido guiado por la luz en ángulo, espacios retrocedidos de las fachadas y visuales dirigidas al horizonte, hasta la terraza destinada a actividades físicas muy privadas pero desarrolladas en espacios abiertos, al cielo.
Este terreno en que se constituye la casa tiene una gran cantidad de vegetación, césped, árboles y arbustos desde el acceso al lote que como ya se ha mencionado, no se modifica, que es otro acercamiento a los criterios de implantación, que no solo responden al piso que “no es aplastado” sino al 1 Luigi Figini en CESARE COLOMBO, Case che durano. 1935. L’abitazione di un architetto, Abitare 167, 1978.
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aprovechamiento del espacio bajo la construcción dejando una planta libre usada como un espacio que puede clasificarse como lo público de lo privado que es un lugar de encuentro antes de la privacidad de la casa, además de la vegetación como un sistema natural de regulación, tanto de temperatura como de luz, ya que esta generaría sombra en el verano con sus espesos follajes y ayudaría a la casa a conservar una temperatura agradable, además de generar efectos con la entrada de la luz entre las hojas que cambian un rayo de luz directa por una atmosfera de luz que se refleja en los muros blancos del proyecto, y que en cambio en invierno, al perder todas sus hojas, daría paso a los rayos directos de la luz que ayudan a calentar la casa y generan ángulos de luz en su interior muy pronunciados. Así que el respetar la vegetación en el proyecto, muestra grandes ventajas, no solo ahora para las relaciones sino como un aspecto técnico de confort y de sensaciones al cambiar la casa según las estaciones, cambiar según el tiempo.
Desde el interior esta naturaleza en vertical es contrastada con las casi únicas aperturas de la casa en forma horizontal, que cambian la lectura del espacio y permiten visualizar el horizonte ininterrumpido, que a pesar del crecimiento de la población y consigo de las construcciones vecinas incluso actualmente, mostrando un criterio de composición tan claro y desarrollado como es “la casa que crece” que evidentemente pudo prever en su momento estas situaciones y evitar que la casa perdiera sus facultades con el tiempo. Pero aun con sus aperturas horizontales es muy cerrada en todas sus fachadas, y aunque compone otras con mayor dimensión, son recibidas por espacios muy retrasados, que dan una idea de cerramiento total al exterior, de privacidad, que responde a los factores ya mencionados, permitir la comunicación visual con el horizonte y la naturaleza circundante, evitar el sobrecalentamiento en verano protegiéndose de una entrada directa del sol, poder desarrollar actividades que requieran o se quieran desarrollar con gran privacidad y al ser tan cerrada se facilitaría controlar la temperatura interna en invierno.
Pero la relación con el exterior no solo está dada en altura y la visual con el horizonte, la mayor relación con el exterior que se da en la casa se encuentra en las terrazas, es la relación directa con el cielo. Al estar abiertas en dirección a este y cerradas en los costados da la sensación de ser espacios muy verticales, infinitamente altos, que son muy iluminados, y dan la sensación de estar abiertos, solo encerrados por el bosque, espacios donde el habitante se puede sentir solo, en el que interactúa con la naturaleza, la luz y el cielo, donde todo este exterior en realidad es el interior de la casa, que es un espacio privado, aislado, donde lo más importante es esa relación
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de altura infinita con el cielo, en una de estas terrazas, se proponen actividades deportivas, que se practican con gran concentración, relajación y en soledad, lo que hace de este espacio muy apropiado, y en la otra propone actividades sociales, una piscina al aire libre que a pesar de estar al mismo nivel de la anterior está separada por un volumen destinado a un estudio, para conservar la idea de privacidad al poder hacer uso de todas las actividades de las terrazas con total independencia.
Esta comunicación tan abierta en sentido vertical y tan cerrada en sentido horizontal exige que, para conservar el concepto del habitar el exterior, traerlo, de manera que sin descender al nivel suelo, o sin tener que estar a la intemperie en climas fríos se logre habitar el jardín. De manera que los arquitectos incorporan en las terrazas jardines, que tienen árboles, arbustos, una piscina y espacios deportivos, que junto a la luz que rebota en los muros interiores, las visuales y respetando el contexto, pasa de dar una imagen de arquitectura aislada, caprichosa y demasiado introspectiva, que no juega con el entorno y choca con lo ya existente, a una arquitectura abierta, muy relacionada y respetuosa con la naturaleza, (que es lo ya existente). “Entrar en la casa es entrar en la tierra, subir al techo es subir al cielo"2, donde cada lugar de la casa es habitable, es dado al recorrido, es privado e inscrito en la naturaleza, donde el hombre puede sentirse solo, tranquilo, puede admirar la naturaleza desde el interior, el horizonte pues al estar elevado en pilotes, elimina la existencia de las casas vecinas y queda solo entre los árboles que la protegen y aun permiten que vea a su alrededor, dotando la casa de referentes cercanos, localizándola y dando mayor solides a su implantación.
Para Figini la vivienda es un aspecto especialmente importante de la arquitectura. Para el arquitecto, la casa es capaz de trascender en el tiempo, de adaptarse y ser tan útil ahora como en un momento diferente para el habitante, a lo que llama “la casa que crece”. La casa que crece al variar y adaptarse a las necesidades de las personas que la habitan según las estaciones, al calentar o proteger, al privar o al llenar de luz según lo que demande su momento, al estar elevada y prever el crecimiento de la manzana para evitar que se prive de las visuales, del horizonte, al ser infinitamente alta y dirigida al cielo que cambia todos los días y noches, al ofrecer paisajes diferentes desde un mismo espacio. La villa Figini es
2 http://obra.fundacionrogeliosalmona.org/obra/proyecto/casa-en-rio-frio/. -La máquina de proyecto - Escrito por Giancarlo Motta, Antonia Pizzigoni, página 120.
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arquitectura introspectiva porque trae a su interior todo lo que le interesa mostrarnos y con lo que le interesa que nos relacionemos, es estética al mostrarnos la luz tranquila, espaciada o dirigida creando ángulos muy notorios en el espacio que dirigen nuestra vista a lugares determinados o llenan de características un espacio blanco cerrado, que es fluida, pues aunque el concreto, de sus fachadas, sus aberturas y pilotes perfectamente ortogonales nos dicen lo contrario, el manejo de la luz del sol, de la vegetación, el agua y el cielo, todos elementos en constante cambio y movimiento que trae a la casa cambian su lectura desde el interior y la hacen variar en el tiempo y en la forma.
El respeto por la naturaleza en el proyecto que otorga las ventajas ya explicadas hace parte de las soluciones arquitectónicas de la casa que de manera eficaz aprovecha lo ya existente, lo respeta y genera soluciones que junto a las constructivas completan el conjunto de lo que es la casa para Figini, un espacio de confort que nos brinde privacidad, que lidie con la naturaleza y nos acerque un poco más a sentir lo que la arquitectura debe enfatizar, las relaciones del hombre con sus sensaciones y el espacio que lo rodea.
La villa Figini es una muestra de la arquitectura moderna, define claros límites entre el interior y el exterior, aun acercándolos y vinculándolos con estrategias de composición, no hace uso del ornamento, y aporta criterio a sus espacios internos a través de la luz, que insinúa recorridos y espacios que no están delimitados, que no son físicos o aparentes, “El espacio interno, aquel espacio que, no puede ser representado completamente en ninguna forma, ni aprehendido ni vivido, sino por experiencia directa, es el protagonista del hecho arquitectónico”3, espacios que desembocan en las terrazas llenas de luz, abiertas. También aporta gran importancia a lo existente en el terreno, lo que es otra de sus características, respetar el sitio para convertirlo en lugar y darle gran importancia a la implantación y usar la naturaleza, elemento de constante cambio para la casa que crece.
La casa que cambia con el tiempo, propuesta para el hombre que está en constante movimiento.
3 Zevi, Bruno. (1941). Saber ver la arquitectura. Buenos Aires, Poseidón Editora, 1941, 20.
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Collage
Bibliografía
- Luigi Figini en CESARE COLOMBO, Case che durano. 1935. L’abitazione di un architetto, Abitare 167, 1978.- http://obra.fundacionrogeliosalmona.org/obra/proyecto/casa-en-rio-frio.
- http://unalhistoria3.blogspot.com/2014/02/luigi-figini-milan-italia-1935-casa.html.
- http://arquitecturaderivada.blogspot.com/2012/09/como-habitara-el-arquitecto-su-propia_23.html.
- http://unalhistoria3.blogspot.com.
- http://www.iuav.it/Ateneo1/docenti/architettu/docenti-a-/Ballarin-M/materiali-/ClaMARCH-R/01-rilievo/05-Rilievo-del-Progetto.pdf. - La máquina de proyecto - Giancarlo Motta, Antonia Pizzigoni.
- Saber ver la arquitectura - Zevi, Bruno. (1941). Buenos Aires, Poseidó
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