Nombre:
Juan Camilo Castañeda Mora
Historia III
Casa Triana, La composición del Vacio a través de
las Experiencias.
Introducción
a un nuevo periodo.
A
puertas de la segunda mitad del siglo XX, en Europa se vive un periodo oscuro,
una atmosfera trastornada donde la luz no iluminaba para la arquitectura de entonces y su
movimiento moderno, un movimiento que estuvo definido y que tuvo su desarrollo
arquitectónico, artístico y cultural en tiempos hostiles, al ver como las
guerras marcaban uno de los sucesos históricos más bélicos y déspotas en todo
el mundo y su línea de tiempo, y desde luego en él mismo; ve de esta manera como
la crisis en la cual se encuentra el mundo actual cuestiona fuertemente los
principios arquitectónicos y urbanistas planteados durante este periodo por dicho
movimiento, llevándolo de este modo a un inminente decaimiento y a un ocaso en el progreso de la arquitectura
en esta parte del globo, puesto que aún el mundo no estaba preparado para la
práctica en el ejercicio, del culmen de las ideas que allí se habían de exponer;
sin embargo, no todo en este periodo fue gris, la luz que por entonces
escaseaba y se escondía por gran parte de Europa, deja divisar sus rayos en
otras partes del mundo, tal cual como lo hace al escudriñar a través de las
frondosas ramas de un árbol; es así como especialmente en Centroamérica y
Suramérica, se crea un panorama propicio para una nueva forma de crear, de
construir la arquitectura y dejar expuesto su desarrollo intelectual, pues paradójicamente durante este mismo periodo de
crisis Europea, aquí surge un nuevo ambiente para la construcción y la
revolución arquitectónica que desde luego toma como influencia, muchas de estas
ideas que por allí fueron planteadas y yace sus cimientos bajo estas premisas.
Colombia
no es la excepción, en nuestro país esta revolución lleva en gran parte de las
grandes ciudades de este a vivir su máximo avance arquitectónico, un curso en
la historia donde la arquitectura y la idea que se tiene por esta da también un
giro total a la manera de construir y al concepto de creación del espacio,
marcado por proposiciones que toman como influencias el propio movimiento moderno,
que por entonces se encontraba en un deceso tardío, y por el amplio desarrollo arquitectónico de sus
autores en este ámbito.
La
arquitectura moderna en Colombia fue fuertemente influenciada y marcada por el
estilo de desarrollo cultural que se gestó en Europa en la primera mitad del
siglo XX, manteniendo estrecha relación con los ideales que allí se proyectaron,
a tal punto que dicha forma de impartir el conocimiento y las percepciones y
nociones conceptuales de lo que se apreciaba como arquitectura moderna,
especialmente en Alemania cuna del movimiento moderno, fueron adoptadas en
nuestro país, como ejemplificación, y precisamente en uno de los pilares que
sostenían los aspectos sociales más importantes del país, a modo de contenido
formal en el programa propuesto en los salones de la Universidad Nacional de
Colombia, fueron implementadas dichas ideas, es por este motivo que la arquitectura
de éste quedó en responsabilidad de una generación de arquitectos que portaban
en su batuta y en su manera de pensar el
culmen de los ideales que en ese tiempo se dictaban y trazaban sobre el papel, soluciones
en pro de resolver los problemas de una
sociedad aletargada y confinada en los esquemas típicos de la época, además de
mejorar las condiciones socio-culturales del habitar moderno para establecer
lineamientos de cómo podría ser el mundo del mañana en base a la planificación de
las ciudades y la vida en sí, conmocionando y reestructurando los factores más
relevantes e influyentes en el convivir de la sociedad, a los detalles más
específicos tratados en los aspectos cotidianos del vivir como función
primordial de cada ser humano.
Tras la búsqueda del
Arquitecto y los trazos de su formación.
Enrique
Triana nació en Bogotá a finales de los años 20, pero realizó sus estudios de arquitectura
en Estados Unidos donde finalmente se graduó. Un aspecto crucial el cual
marcaría e influenciaría enormemente en su vida como profesional y como
persona; la Arquitectura Moderna en Estados Unidos tuvo su desarrollo al mismo
tiempo que en Europa se establecía el movimiento moderno; con Arquitectos como
Louis Sullivan, quien lleva como título el nombre del primer arquitecto moderno
en Norteamérica y también Frank Lloyd Wright, quien fuera el pupilo mas
brillante de Sullivan, no obstante, y sin dejar a un lado los logros que ya
profesaba en la arquitectura este desarrollo, se vió fuertemente influenciada
por los ideales proyectados en la arquitectura moderna Europea y demás campos
artísticos y desarrollos culturales surgidos en ese entonces, debido a la
emigraciación que se vivía en el este de Europa ocasionado por el auge de los
partidos políticos Nacionalsocialistas especialmente en Alemania y al ambiente
hostil conformado por el temor y la tensión generadas a causa de un entorno subordinado a
un periodo de pre-guerra.
Llegan
de este modo a Estados Unidos entre artistas, personalidades y arquitectos,
Walter Gropius y Mies Van der Rohe directores en distintos tiempos de la
Bauhaus, Marcel Breuer quien también había estudiado diseño en la escuela
ubicada en Weimar, y anteriormente a ellos Richard Neutra quien habría recibido
clases en la escuela de construcción de Adolf Loos; este suceso generaría en la
arquitectura de ese país una especie de mestizaje cultural e intelectual, entre
la mezcla de la arquitectura moderna Norteamérica y legado del movimiento
moderno europeo arribado en los principios de estos personajes, quien además lo
heredarían a los estudiantes de las universidades estadounidenses donde
posteriormente algunos impartirían sus conocimientos.
Toda
esta introducción de hechos históricos, solo buscan dar cuenta de la
importancia que tuvieron para el trasegar de una época y aproximarse a los
elementos que influyeron en Enrique Triana durante su aprendizaje de la
arquitectura y en el trascurso de su vida como arquitecto, pues a causa de
todos estos sucesos, se crea en él un tipo de sincretismo arquitectónico de
enseñanzas y múltiples referentes que lo acompañaron en el desarrollo de su formación, y así entender un poco la
manera en que él ve y entiende por arquitectura y su forma de concebirla en un
contexto más cercano.
El Arquitecto y su morada
como manifiesto.
Cuando
un arquitecto realiza su propia casa, crea su propio hogar, el entorno en el
cual vivirá sus experiencias y sensaciones, sus alegrías y tristezas, y por
decirlo de alguna manera es a él mismo quien debe rendir cuentas; plasma en
ella el manifiesto de su obra, deja implícito en su creación el carácter formal
de sus principios, lo que es en realidad como ejecutor de la profesión pero más
allá de ello, deja plasmado lo que en realidad es como persona, sus gustos más
acérrimos, las particularidades en su forma de ser, actitudes y hasta sus
mismos defectos, miedos, frustraciones y obsesiones que inclusive le trasnochan,
y es ahí cuando la arquitectura pasa a ser la herramienta para dar rienda
suelta a este singular pero complejo conjunto de pasiones, una evaluación
milimétrica y exhausiva a cada aspecto de su integridad física y mental o tal
vez simplemente a solo ser él.
La
Casa Triana es justamente eso, la vivienda que el arquitecto proyecta es para
regocijarse con él a través de las experiencias y sensaciones que le produciría
hacer y vivir esta casa, y satisfacer así mismo su espíritu, más allá de lo
funcional que le podría ofrecer este recinto, deja consignado en él sus
principios, en los recorridos a través del espacio, la espacialidad sensorial
en función de los entornos, la articulación inesperadas de los volúmenes, el
contraste de alturas en la producción emociones en contacto con la naturaleza
del exterior, el juego de las luces en los detalles más imperceptibles de la
casa y la sorpresa a lo desconocido.
Menciona
Triana: “tuve un profesor francés, Roger Legrand, que estaba en Michigan
haciendo un máster, él me hizo consciente del recorrido como sucesión de
experiencias – ancho, bajo, cerrado, abierto, sorpresa, etc.-, yo no tenía muy
digerida esa dimensión hasta que me hizo ver su importancia en la experiencia
espacial y es algo a lo cual pongo especial atención en los proyectos” [1]
Ubicada
en el barrio el Refugio, la casa Triana toma como referencia para su diseño la
gran determinante topográfica del sector y
la considerable pendiente que le ofrece el terreno, pues en ella busca
refugiarse del exterior y darle un carácter completamente privado al rito del
habitar embebiéndose entre en el mismo, factor que contribuye al otro gran aspecto
planteado en la casa, el gran salón, la
sinfonía espacial en su obra de triple altura donde además de ser el
espacio de reunión donde se localiza la chimenea y allí habita el fuego, pues
es el espacio de mayor jerarquía, y se rinde bajo la premisa de éste como
precursor de la vida y como el eje a partir del cual se da el desarrollo de los
demás entornos de la vivienda; otra determinante física en el lote que
distribuyó y ayudó a la composición de las plantas fue la vegetación partícipe
en el lote, dos árboles ubicados en el terreno que determinan el diseño
tipológico y formal en la casa, haciendo parte del juego y del contraste entre
la naturaleza y la experiencia vivida en el salón principal a través del
tratamiento modular y profundidad de las ventanas enfatizan la verticalidad
presente en todos sus proyectos, pues forman y complementan una conexión
especial entre el carácter privado de la vivienda y el exterior del medio
ambiente, que de alguna forma lo introduce dentro de su misma privacidad,
evocando una comunión entre los sentidos y sensaciones que buscaba el
Arquitecto al realizar su casa.
[1] RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido
Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional
de Colombia. Página 33.
La Experiencia a través
del recorrido.
Apenas
visible desde el exterior, la casa ubicada en el barrio el refugio se encuentra
casi enterrada, sumergida entre la inclinada topografía de lugar, integrándose
en un solo complemento el objeto arquitectónico y su emplazamiento, entre lo
formal de una ciudad y el entorno natural del cual se ve rodeada,
proporcionando así un ambiente de comunión entre las partes interactuantes de
la vivienda y un carácter totalmente
privado al recinto destinado para el vivir del arquitecto y su familia en los distintos ciclos del habitar.
El
ingreso a la casa se traza a partir de un estrecho sendero con escalinatas el
cual es delimitado entre la pesadez del volumen arquitectónico y sus muros
exteriores de gran altura y la sucesión de patios a través de la marcada pendiente; 2
el apenas insinuante sendero conlleva al contraste espacial y sensorial de la
gran puerta principal de acceso, la cual no se puede divisar al momento de iniciar el recorrido a través
de este sino hasta el final, pues se encuentra oculta tras un muro que quiebra
en su superficie diagonalmente y rompe la visual desde el punto de partida, este
gesto logra concebir la primera sorpresa experiencial y sensacional en la
riqueza espacial de la casa, con esta manipulación del tiempo en la
espacialidad del recorrido en esta
transición del exterior al interior, Triana nos muestra como a partir de un
espacio de menor escala que remata en uno de mayor proporción y tamaño al mejor
estilo Manierista de Miguel Ángel, se obtiene producir en la percepción de la persona
que realice el recorrido, diferentes sensaciones y estímulos, como el
desconcierto por lo desconocido y el asombro de lo inesperado.
La
gran apertura al interior de la vivienda y su anterior paso por la estrechez
del sendero de acceso, tan solo sería el preámbulo y la iniciación para el
desenlace en el máximo gesto arquitectónico y recurrente a través del
desarrollo de la obra de Enrique Triana,
3
y es su búsqueda por la verticalidad espacial en su arquitectura, pues como
actor estelar al interior de la casa, toda esta sucesión de transiciones
experienciales son finalmente rematadas con el gran salón de triple altura,
entorno a el cual gira completamente la composición de los espacios de la casa.
La
llegada al gran salón se da por el tercio medio de este, lugar donde la
conexión visual es paralela a la línea acceso a la vivienda y se delimita por
un balcón donde se obtiene el control total del espacio y a su vez es el
encargado de resguardar y conducir a la conexión física entre ambos sitios,
pues allí se encuentran alojadas el punto de circulación vertical, las
escaleras interiores que siguiendo a la vez las escaleras exteriores en el
sendero, flanquean por izquierda el acceso y vinculación a sus sitios de
llegada, en la parte baja del salón es donde en verdad la sorpresa del primer
avistamiento del mismo se transforma y se materializa el expresión de confort
en el visitante, pues allí donde la intención del
2 RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido
Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional
de Colombia. Página 17.
3 RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido
Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional
de Colombia. Página 37.
arquitecto
de dar forma y crear espacios que transmitan en el visitante una percepción
sensorial y diversas sensaciones toma su mayor expresión,
el gran salón es el espacio social de reunión, pero además de ser el lugar
protagonista de la casa juega otro papel dentro de ella puesto que es la transición
exterior – interior - exterior de toda la vivienda; compuesto grandes
ventanales esbeltos a lo largo de este, el gran salón tiene la principal
conexión con el entorno natural que le proporciona el emplazamiento a la casa,
ya que, y como nos dice Triana: “esta es un casa orgánica” 4
está en sintonía con la naturaleza y la
determinantes físicas que esta le brinda.
Los
amplios ventanales a lo largo del gran espacio, permiten el ingreso de la luz
enriqueciendo en lugar en confort, pero en su incansable búsqueda por lograr la
verticalidad de su obra Triana, extiende los ventanales verticalmente para
enfatizar aún más la triple altura del
gran salón y tener un mayor control visual del exterior.
Otro
aspecto importante en la composición del gran salón es la chimenea5
como el volumen contundente por el cual se rige este, y bajo esa premisa del
fuego como el núcleo formador de la vida y el hogar, ubicada en el remate del
centro de un espacio trapezoidal, la chimenea y su fuego recorre el espacio de
menor a mayor a través de su geometría, como un flor al brotar en primavera;
muy a la manera de una de sus mayores influencias como Frank LLoyd Wright, para
Triana la chimenea tiene ese carácter pesado y decisivo en su arquitectura, y
en especialmente en esta su casa, pues ante el fuego y su calor donde suscitan
las experiencias de unión con el entorno, la familia, los visitantes y en sí
mismo con él propio arquitecto; la mayor expresión de la composición del vacío
a través de las experiencias brindadas por este espacio principal son la
primordial búsqueda y el legado que hace Enrique Triana en su obra, pues en el
consigna todos los aspectos y principios de la percepción que tiene por
arquitectura.
4 RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido
Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional
de Colombia. Página 41.
5 RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido
Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional
de Colombia. Página 43.
Bibliografïa:
-
Vega, Rafael (2007) “El
Contenido Expresivo en la Obra de Enrique Triana” Bogotá. Universidad Nacional
de Colombia
-
Ediciones Revista Proa,
(2006) “Enrique Triana Uribe Arquitecto Moderno” Bogotá. Asociación Colombia de
Arquitectos
-
http://unalhistoria3.blogspot.com/2014/02/enrique-triana-colombia-1929-casa-el.html
-
http://www.banrepcultural.org/sites/default/files/lablaa/revistas/proa/proa/proa135.pdf
-
Arango, Silvia (1990)
“Historia de la arquitectura en Colombia”. Bogotá. Universidad Nacional de
Colombia
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