martes, 18 de noviembre de 2014

Casa Triana, La composición del Vacio a través de las Experiencias.



Nombre: Juan Camilo Castañeda Mora                                                                              Historia III


Casa Triana, La composición del Vacio a través de las Experiencias.

Introducción a un nuevo periodo.
A puertas de la segunda mitad del siglo XX, en Europa se vive un periodo oscuro, una atmosfera trastornada donde la luz no iluminaba  para la arquitectura de entonces y su movimiento moderno, un movimiento que estuvo definido y que tuvo su desarrollo arquitectónico, artístico y cultural en tiempos hostiles, al ver como las guerras marcaban uno de los sucesos históricos más bélicos y déspotas en todo el mundo y su línea de tiempo, y desde luego en él mismo; ve de esta manera como la crisis en la cual se encuentra el mundo actual cuestiona fuertemente los principios arquitectónicos y urbanistas planteados durante este periodo por dicho movimiento, llevándolo de este modo a un inminente decaimiento  y a un ocaso en el progreso de la arquitectura en esta parte del globo, puesto que aún el mundo no estaba preparado para la práctica en el ejercicio, del culmen de las ideas que allí se habían de exponer; sin embargo, no todo en este periodo fue gris, la luz que por entonces escaseaba y se escondía por gran parte de Europa, deja divisar sus rayos en otras partes del mundo, tal cual como lo hace al escudriñar a través de las frondosas ramas de un árbol; es así como especialmente en Centroamérica y Suramérica, se crea un panorama propicio para una nueva forma de crear, de construir la arquitectura y dejar expuesto su desarrollo intelectual, pues  paradójicamente durante este mismo periodo de crisis Europea, aquí surge un nuevo ambiente para la construcción y la revolución arquitectónica que desde luego toma como influencia, muchas de estas ideas que por allí fueron planteadas y yace sus cimientos bajo estas premisas.
Colombia no es la excepción, en nuestro país esta revolución lleva en gran parte de las grandes ciudades de este a vivir su máximo avance arquitectónico, un curso en la historia donde la arquitectura y la idea que se tiene por esta da también un giro total a la manera de construir y al concepto de creación del espacio, marcado por proposiciones que toman como influencias el propio movimiento moderno, que por entonces se encontraba en un deceso tardío, y  por el amplio desarrollo arquitectónico de sus autores en este ámbito.
La arquitectura moderna en Colombia fue fuertemente influenciada y marcada por el estilo de desarrollo cultural que se gestó en Europa en la primera mitad del siglo XX, manteniendo estrecha relación con los ideales que allí se proyectaron, a tal punto que dicha forma de impartir el conocimiento y las percepciones y nociones conceptuales de lo que se apreciaba como arquitectura moderna, especialmente en Alemania cuna del movimiento moderno, fueron adoptadas en nuestro país, como ejemplificación, y precisamente en uno de los pilares que sostenían los aspectos sociales más importantes del país, a modo de contenido formal en el programa propuesto en los salones de la Universidad Nacional de Colombia, fueron implementadas dichas ideas, es por este motivo que la arquitectura de éste quedó en responsabilidad de una generación de arquitectos que portaban en su batuta y en su manera de pensar  el culmen de los ideales que en ese tiempo se dictaban y trazaban sobre el papel, soluciones en pro de  resolver los problemas de una sociedad aletargada y confinada en los esquemas típicos de la época, además de mejorar las condiciones socio-culturales del habitar moderno para establecer lineamientos de cómo podría ser el mundo del mañana en base a la planificación de las ciudades y la vida en sí, conmocionando y reestructurando los factores más relevantes e influyentes en el convivir de la sociedad, a los detalles más específicos tratados en los aspectos cotidianos del vivir como función primordial de cada ser humano.

Tras la búsqueda del Arquitecto y los trazos de su formación.
Enrique Triana nació en Bogotá a finales de los años 20, pero realizó sus estudios de arquitectura en Estados Unidos donde finalmente se graduó. Un aspecto crucial el cual marcaría e influenciaría enormemente en su vida como profesional y como persona; la Arquitectura Moderna en Estados Unidos tuvo su desarrollo al mismo tiempo que en Europa se establecía el movimiento moderno; con Arquitectos como Louis Sullivan, quien lleva como título el nombre del primer arquitecto moderno en Norteamérica y también Frank Lloyd Wright, quien fuera el pupilo mas brillante de Sullivan, no obstante, y sin dejar a un lado los logros que ya profesaba en la arquitectura este desarrollo, se vió fuertemente influenciada por los ideales proyectados en la arquitectura moderna Europea y demás campos artísticos y desarrollos culturales surgidos en ese entonces, debido a la emigraciación que se vivía en el este de Europa ocasionado por el auge de los partidos políticos Nacionalsocialistas especialmente en Alemania y al ambiente hostil conformado por el temor y la tensión  generadas a causa de un entorno subordinado a un periodo de pre-guerra.
Llegan de este modo a Estados Unidos entre artistas, personalidades y arquitectos, Walter Gropius y Mies Van der Rohe directores en distintos tiempos de la Bauhaus, Marcel Breuer quien también había estudiado diseño en la escuela ubicada en Weimar, y anteriormente a ellos Richard Neutra quien habría recibido clases en la escuela de construcción de Adolf Loos; este suceso generaría en la arquitectura de ese país una especie de mestizaje cultural e intelectual, entre la mezcla de la arquitectura moderna Norteamérica y legado del movimiento moderno europeo arribado en los principios de estos personajes, quien además lo heredarían a los estudiantes de las universidades estadounidenses donde posteriormente algunos impartirían sus conocimientos.
Toda esta introducción de hechos históricos, solo buscan dar cuenta de la importancia que tuvieron para el trasegar de una época y aproximarse a los elementos que influyeron en Enrique Triana durante su aprendizaje de la arquitectura y en el trascurso de su vida como arquitecto, pues a causa de todos estos sucesos, se crea en él un tipo de sincretismo arquitectónico de enseñanzas y múltiples referentes que lo acompañaron en el desarrollo de  su formación, y así entender un poco la manera en que él ve y entiende por arquitectura y su forma de concebirla en un contexto más cercano.


El Arquitecto y su morada como manifiesto.
Cuando un arquitecto realiza su propia casa, crea su propio hogar, el entorno en el cual vivirá sus experiencias y sensaciones, sus alegrías y tristezas, y por decirlo de alguna manera es a él mismo quien debe rendir cuentas; plasma en ella el manifiesto de su obra, deja implícito en su creación el carácter formal de sus principios, lo que es en realidad como ejecutor de la profesión pero más allá de ello, deja plasmado lo que en realidad es como persona, sus gustos más acérrimos, las particularidades en su forma de ser, actitudes y hasta sus mismos defectos, miedos, frustraciones y obsesiones que inclusive le trasnochan, y es ahí cuando la arquitectura pasa a ser la herramienta para dar rienda suelta a este singular pero complejo conjunto de pasiones, una evaluación milimétrica y exhausiva a cada aspecto de su integridad física y mental o tal vez simplemente a solo ser él.
La Casa Triana es justamente eso, la vivienda que el arquitecto proyecta es para regocijarse con él a través de las experiencias y sensaciones que le produciría hacer y vivir esta casa, y satisfacer así mismo su espíritu, más allá de lo funcional que le podría ofrecer este recinto, deja consignado en él sus principios, en los recorridos a través del espacio, la espacialidad sensorial en función de los entornos, la articulación inesperadas de los volúmenes, el contraste de alturas en la producción emociones en contacto con la naturaleza del exterior, el juego de las luces en los detalles más imperceptibles de la casa y la sorpresa a lo desconocido.
Menciona Triana: “tuve un profesor francés, Roger Legrand, que estaba en Michigan haciendo un máster, él me hizo consciente del recorrido como sucesión de experiencias – ancho, bajo, cerrado, abierto, sorpresa, etc.-, yo no tenía muy digerida esa dimensión hasta que me hizo ver su importancia en la experiencia espacial y es algo a lo cual pongo especial atención en los proyectos” [1] 
Ubicada en el barrio el Refugio, la casa Triana toma como referencia para su diseño la gran determinante topográfica del sector y  la considerable pendiente que le ofrece el terreno, pues en ella busca refugiarse del exterior y darle un carácter completamente privado al rito del habitar embebiéndose entre en el mismo, factor que contribuye al otro gran aspecto planteado en la casa, el gran salón, la  sinfonía espacial en su obra de triple altura donde además de ser el espacio de reunión donde se localiza la chimenea y allí habita el fuego, pues es el espacio de mayor jerarquía, y se rinde bajo la premisa de éste como precursor de la vida y como el eje a partir del cual se da el desarrollo de los demás entornos de la vivienda; otra determinante física en el lote que distribuyó y ayudó a la composición de las plantas fue la vegetación partícipe en el lote, dos árboles ubicados en el terreno que determinan el diseño tipológico y formal en la casa, haciendo parte del juego y del contraste entre la naturaleza y la experiencia vivida en el salón principal a través del tratamiento modular y profundidad de las ventanas enfatizan la verticalidad presente en todos sus proyectos, pues forman y complementan una conexión especial entre el carácter privado de la vivienda y el exterior del medio ambiente, que de alguna forma lo introduce dentro de su misma privacidad, evocando una comunión entre los sentidos y sensaciones que buscaba el Arquitecto al realizar su casa.

[1] RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia. Página 33.

La Experiencia a través del recorrido.
Apenas visible desde el exterior, la casa ubicada en el barrio el refugio se encuentra casi enterrada, sumergida entre la inclinada topografía de lugar, integrándose en un solo complemento el objeto arquitectónico y su emplazamiento, entre lo formal de una ciudad y el entorno natural del cual se ve rodeada, proporcionando así un ambiente de comunión entre las partes interactuantes de la vivienda  y un carácter totalmente privado al recinto destinado para el vivir del arquitecto y su familia en  los distintos ciclos del habitar.
El ingreso a la casa se traza a partir de un estrecho sendero con escalinatas el cual es delimitado entre la pesadez del volumen arquitectónico y sus muros exteriores de gran altura y la sucesión de patios a través de la marcada pendiente; 2 el apenas insinuante sendero conlleva al contraste espacial y sensorial de la gran puerta principal de acceso, la cual no se puede divisar  al momento de iniciar el recorrido a través de este sino hasta el final, pues se encuentra oculta tras un muro que quiebra en su superficie diagonalmente y rompe la visual desde el punto de partida, este gesto logra concebir la primera sorpresa experiencial y sensacional en la riqueza espacial de la casa, con esta manipulación del tiempo en la espacialidad del recorrido  en esta transición del exterior al interior, Triana nos muestra como a partir de un espacio de menor escala que remata en uno de mayor proporción y tamaño al mejor estilo Manierista de Miguel Ángel, se obtiene producir en la percepción de la persona que realice el recorrido, diferentes sensaciones y estímulos, como el desconcierto por lo desconocido y el asombro de lo inesperado. 
La gran apertura al interior de la vivienda y su anterior paso por la estrechez del sendero de acceso, tan solo sería el preámbulo y la iniciación para el desenlace en el máximo gesto arquitectónico y recurrente a través del desarrollo  de la obra de Enrique Triana, 3 y es su búsqueda por la verticalidad espacial en su arquitectura, pues como actor estelar al interior de la casa, toda esta sucesión de transiciones experienciales son finalmente rematadas con el gran salón de triple altura, entorno a el cual gira completamente la composición de los espacios de la casa.
La llegada al gran salón se da por el tercio medio de este, lugar donde la conexión visual es paralela a la línea acceso a la vivienda y se delimita por un balcón donde se obtiene el control total del espacio y a su vez es el encargado de resguardar y conducir a la conexión física entre ambos sitios, pues allí se encuentran alojadas el punto de circulación vertical, las escaleras interiores que siguiendo a la vez las escaleras exteriores en el sendero, flanquean por izquierda el acceso y vinculación a sus sitios de llegada, en la parte baja del salón es donde en verdad la sorpresa del primer avistamiento del mismo se transforma y se materializa el expresión de confort en el visitante, pues allí donde la intención del  

2 RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia. Página 17.
3 RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia. Página 37.

arquitecto de dar forma y crear espacios que transmitan en el visitante una percepción sensorial  y  diversas sensaciones toma su mayor expresión, el gran salón es el espacio social de reunión, pero además de ser el lugar protagonista de la casa juega otro papel dentro de ella puesto que es la transición exterior – interior - exterior de toda la vivienda; compuesto grandes ventanales esbeltos a lo largo de este, el gran salón tiene la principal conexión con el entorno natural que le proporciona el emplazamiento a la casa, ya que, y como nos dice Triana: “esta es un casa orgánica” 4 está en sintonía  con la naturaleza y la determinantes físicas que esta le brinda.
Los amplios ventanales a lo largo del gran espacio, permiten el ingreso de la luz enriqueciendo en lugar en confort, pero en su incansable búsqueda por lograr la verticalidad de su obra Triana, extiende los ventanales verticalmente para enfatizar aún más la  triple altura del gran salón y tener un mayor control visual del exterior.
Otro aspecto importante en la composición del gran salón es la chimenea5 como el volumen contundente por el cual se rige este, y bajo esa premisa del fuego como el núcleo formador de la vida y el hogar, ubicada en el remate del centro de un espacio trapezoidal, la chimenea y su fuego recorre el espacio de menor a mayor a través de su geometría, como un flor al brotar en primavera; muy a la manera de una de sus mayores influencias como Frank LLoyd Wright, para Triana la chimenea tiene ese carácter pesado y decisivo en su arquitectura, y en especialmente en esta su casa, pues ante el fuego y su calor donde suscitan las experiencias de unión con el entorno, la familia, los visitantes y en sí mismo con él propio arquitecto; la mayor expresión de la composición del vacío a través de las experiencias brindadas por este espacio principal son la primordial búsqueda y el legado que hace Enrique Triana en su obra, pues en el consigna todos los aspectos y principios de la percepción que tiene por arquitectura.








4 RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia. Página 41.
5 RAFAEL, VEGA. (2007). “El Contenido Expresivo en la Obra de Enrique Triana”. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia. Página 43.
Bibliografïa:
-          Vega, Rafael (2007) “El Contenido Expresivo en la Obra de Enrique Triana” Bogotá. Universidad Nacional de Colombia
-          Ediciones Revista Proa, (2006) “Enrique Triana Uribe Arquitecto Moderno” Bogotá. Asociación Colombia de Arquitectos
-          http://unalhistoria3.blogspot.com/2014/02/enrique-triana-colombia-1929-casa-el.html
-          http://www.banrepcultural.org/sites/default/files/lablaa/revistas/proa/proa/proa135.pdf
-          Arango, Silvia (1990) “Historia de la arquitectura en Colombia”. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia

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