viernes, 24 de abril de 2015

Casa Aalto. Helsinki, Finlandia. 1936.


Casa Aalto. Helsinki, Finlandia. 1936.
Alvar Aalto

BUSCANDO EN LAS RAÍCES
Por: Lesly Alejandra Velasco Guerra.

Alvar Aalto en sus obras demuestra una gran evocación y respeto por la naturaleza y la cultura en la que vivió. Aunque hay quienes discuten su lugar entre los representantes del Movimiento Moderno, algunos lo nombran como “el único arquitecto de la llamada segunda generación que ha sido considerado por la crítica histórica, como un nombre que podía añadirse a la sagrada lista de los grandes maestros. Los nombres de Wright, Le Corbusier, Gropius y Mies van der Rohe podían ser seguidos por el de Aalto” [1].
Esta disyuntiva se da precisamente por ese gran respeto que tiene por la naturaleza y su disposición a usar materiales tradicionales de la región, lo alejan de lo que es el Movimiento Moderno, mientras sus colegas adoptan el concreto como material principal en sus construcciones. Además no se ciñe al purismo moderno, sus volúmenes, simpleza y funcionalidad propuesto por Le Corbusier, es más cercano al organicismo de Wright.
Aalto utiliza en muchas de sus obras madera y ladrillos, como es el caso de su casa en Helsinki, inicialmente concebida como  casa y oficina, pero luego de su finalización se le agregó el estudio privado de Aalto. En su fachada exterior se aprecia el uso de ladrillos blancos y en el interior marcos de acero tubular y concreto. La sala tiene paredes de madera, las pendientes de los techos son bajas, la terraza del segundo nivel es a su vez el techo del jardín que hay entre la vivienda y el estudio[2].
Aunque acogerse y mimetizarse con la naturaleza era muy importante para Aalto, como se puede observar en su proyecto del ayuntamiento de Saynatsalo en donde el emplazamiento del proyecto queda en la mitad de los conjunto de árboles y para pasar desapercibido se instala en medio de ellos, además lleva el bosque al proyecto por medio de un patio interior que consta del zonas verdes y un espejo de agua con el fin de recordar el lago de rodea la isla. Hace unas escaleras verdes, todo este juego para conservar lo natural y aun así es consciente que su arquitectura va a ser “vivida” por personas, este aspecto nunca lo deja atrás, no desarrolla solo el ámbito funcional o estético, establece que son tres variables que se relacionan directamente y no se debe descuidar ninguna.
Un edificio es como un instrumento, debe absorber todas las influencias positivas, e interceptar las negativas que podrían afectar al hombre. Un edificio no puede alcanzar este fin, sin el matiz que con tanta finura posee el medio en el cual se encuentra”
  ALVAR AALTO.
Aalto se enfoca en que la arquitectura no solo debe ser habitable, además debe ser capaz de transmitir sensaciones que ayuden a mitigar las penas de las personas, los arquitectos deben ser capaces de generar el confort necesario en sus edificios, Aalto practica esto en detalles tan sencillos como en el ayuntamiento de Saynatsalo en donde los muros de las ventanas que dan al patio interno sirven parta que las personas descansen al interior del edificio tras la protección de las ventanas y no estar a merced de los elementos.  Pero no es un muro ancho normal sino que tiene el detalle de separar la mampostería y debajo de ella está la calefacción, o edificios sumamente especializados como el Sanatorio de Paimio que tiene áreas de recreación, biblioteca, espacio de esparcimiento, es un lugar apto para que las personas descansen y renueven energías, es tranquilizador y apacible.
En su casa de Helsinki la fachada principal esta orientada hacia el norte, pero no  paramentando ese sector sino que retrocede la construcción casi para que la casa quede emplazada en la mitad del lote, sin embargo el perímetro está rodeado por un antepecho. No es una barrera impenetrable ya que juega con el antepecho haciendo retranqueos a los largo de él, exceptuando el sector de la entrada a la vivienda y parqueadero que es totalmente abierto.
Desde la entrada se percibe la presencia de la naturaleza, toda la casa está rodeada de árboles y las escaleras de la entrada son seis grandes piedras que acompañan el ingreso a la experiencia. Además se observan dos volúmenes interceptados, el gran volumen del primer piso se ve aligerado por el color blanco que posee, y un volumen más pequeño, que lleva el peso de la composición ya que se adelanta y tiene una terminación en madera café que acentúa este efecto.
Nos dan la bienvenida también, la fachada en ladrillos, pero no es un ladrillo limpiamente colocado sino que juega con los elementos para darle una textura rústica a la fachada, acompañada de dos puertas en madera laminada y una ventana con marcos en madera. En el interior de la casa como en muchas de sus obras juega con la luz y las sombras, no todas las ventanas son del mismo tamaño, ni están a la misma altura, creando así una variedad de sombras que enriquecen los ambientes interiores, pero el uso de la madera se lleva toda la atención, los muebles, los acabados de los pisos, los muros,  los marcos de puestas y ventanas dan un aspecto cálido y acogedor.
El estudio de Aalto tiene doble altura demostrando así la importancia que tiene en el conjunto, en la parte superior del muro que da contra la fachada hay un gran ventanal porque el que se contrala la luz que ingresa debido al emplazamiento y a los árboles que rodean la casa,  es observa también la aparición de la mampostería a la vista con su aparición en las escaleras y la chimenea, además en la parte de arriba de la chimenea están unas escaleras de madera que son el acceso a la segunda planta, gestos tan sutiles como este,  cargan de tanto valor los espacios y  se observan en el recorrido de la casa, cambios de nivel en varias zonas ayudan a separar y enmarcar los espacios.
 El techo de la sala es una terraza en el segundo piso, en esta terraza se puede apreciar también el encuentro de los dos volúmenes presentes en la fachada, pero esta está mucho más enriquecida porque hay presencia de muchos más elementos, los grandes ventanales de la sala y de las habitaciones del segundo piso, el amarillo de las puertas de madera, el ladrillo a la vista de las terminaciones de las chimeneas,  hasta las persianas de los ventanales le dan el toque que enriquece el conjunto, rematado también por los voladizo tipo pérgolas que encuentran en el segundo piso cuyas aberturas generan un juego de sombras en la fachada a medida que el día transcurre, todo esto teniendo como piso un muro bajo en piedras que enmarca el costado sur de la casa, además la piedra se utiliza para marcar recorridos y como en muchas de sus obras también está la presencia de los lagos de Finlandia evocada a través de un espejo de agua que acentúa la relación con la naturaleza .
Los ejercicios llevados a cabo en las obras de Aalto muestran cómo se puede cambiar totalmente la forma de hacer arquitectura, aprovechando todos los medios naturales que ofrece el entorno inmediato, esto hace que el proyecto no sea agresivo con el entorno sino que por el contrario se establece una relación agradable con lo que nos rodea, no es como poner un edificio traído de otro lugar para marcar una referencia por su desconocimiento, sí es nuevo, es estético es funcional pero no tiene nada que lo ate a su entorno es un extraño a los que todos se deben acoplar, es mejor  si el edificio pareciera haber  salido de la misma tierra, siendo ella la encargada de darle vida, forma y textura a sus espacios, además de crear la añoranza en quienes habitan de volver a sus raíces, de respetar su entorno, de volver a las montañas, de sentarse a apreciar los lagos, de escuchar la naturaleza, de olerla…
Fue la relación que Aalto tuvo con todos los elementos que los rodeaban, todas las montañas y lagos de su natal Finlandia que lo hizo el arquitecto que fue, lo que marco su manera de percibir los espacios y genero la necesidad de replicar esas sensaciones en lo que construía, la necesidad de hacer que sus espacios fueran tan tranquilizadores que se transmitieran a quienes los vivían, ayudando así a aplacar las penas del día a día.
Aunque Aalto nunca dejó a un lado la exploración con los diferentes materiales también se preocupó mucho por humanizar su arquitectura, para él estos dos factores no eran excluyentes, eran dos componentes que al mezclarse en correctas  proporciones daban como resultado: la armonía en la manera de vivir.
Su propósito sigue consistiendo en armonizar el mundo material con la vida humana. Hacer más humana la arquitectura significa hacer mejor arquitectura y conseguir un funcionalismo mucho más amplio que el puramente técnico.[3] No importa que un edificio cumpla con todas las exigencias técnicas y constructivas para ser un excelente proyecto, se tienen que abarcar aspectos incluso del campo psicofísico para que la arquitectura satisfaga todas las necesidades humanas.
Aalto era un arquitecto que se interesaba tanto por este tipo de aspectos, que realizo experimentos en la construcción del Sanatorio de Paimio en donde su principal objetivo era establecer los parámetros necesarios para diseñar una habitación para enfermos y se dio cuenta que las habitaciones de los hospitales tradicionales no eran las más aptas para este tipo de personas, la habitación para ellas debería ser diferente, porque sus condiciones son diferentes, son personas que la mayoría del tiempo se la va a pasar acostada por lo tanto su relación con el techo de la habitación iba a ser muy importante, por eso la luz no debería ser un simple aplique de techo.
  Una posición similar se mantenía respecto a la forma y la función una no debe estar en detrimento de la otra.  La forma es un misterio que no conocemos en realidad, pero que proporciona al hombre una sensación totalmente diferente a la de un acto de liberación social como tal.[4] Aalto expresa que de muchas  maneras la forma se ve limitada a la capacidad que tiene el material que usemos para adoptarla. Por ejemplo el ladrillo siempre va a producir formar cúbicas, forzarlo a tomar otras formas implica riesgos y desgastes que generar una pérdida de energía.
La arquitectura sirve para darle valor a los materiales utilizados, un ladrillo tiene un  valor mucho más bajo a el de ese mismo ladrillo incorporado en una estructura en donde solo se cumplan las condiciones técnicas, el ladrillo según como se utilice me está prestando más utilidades desde el punto formal, estético y estructural. Para Aalto el arquitecto tiene una tarea obvia: estamos aquí para humanizar la naturaleza mecánica de los materiales.[5]
En la conferencia leída en la Asociación central de Arquitectos de Viena en el verano de 1955, expresa también su preocupación por que nada puede construido sin dejar un rastro de destrucción a su paso, es por eso que se esmera por que la relación de sus proyectos con el entorno que los rodea sea tan natural y sin complicaciones se percibe es esta conferencia la idea de la comunidad como colectividad y la importancia que esta tiene para el desarrollo.
Finalmente en su conferencia anual en el R.I.B.A 1957, Aalto crítica como el funcionalismo en su afán de tecnificar y racionalizar la arquitectura, modula todo y el módulo no es algo humano, no existe una medida estándar para definirnos y entonces la arquitectura empieza a fraccionarse, porque se empiezan a especializar en aspectos que deberían ir conjuntos, surgen interrogantes sobre qué es lo que se debería estandarizar y que se debería racionalizar.
Aalto siempre se preocupó por la manera en que el hombre del común apreciaba y vivía la arquitectura y este era un factor que se preocupó por cuidar y cultivar, pero no se cerraba de una manera tajante a los avances tecnológicos los hacia parte de su obra y después de racionalizarlos les daba el toque que los humanizaba y por esto se podían relacionar tan bien con el entorno que los rodeaba.


BIBLIOGRAFÍA

  • CAPITEL, Anton. Alvar Aalto. Madrid. 1999.
  • VERLAG FUR ARCHITEKTURE. Alvar Aalto. Zurich. 1963.
  •  ACADEMIA Editions. Alvar Aalto. New York. 1978
  • AALTO, Alvar. La humanización de la arquitectura

ANEXO
Casa y Estudio Aalto en Helsinki, recuperado de http://www.wortmann-architects.com/




[1] CAPITEL, Anton. Alvar Aalto. Madrid. 1999. P.7.
[2] VERLAG FUR ARCHITEKTURE. Alvar Aalto. Zurich. 1963. P. 62.
[3]
[4]AALTO, Alvar. La humanización de la arquitectura. Barcelona 1977 Pág. 57
[5]AALTO, Alvar. La humanización de la arquitectura. Barcelona 1977 Pág. 49

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