Casa Aalto. Helsinki, Finlandia. 1936.
Alvar Aalto
BUSCANDO EN LAS RAÍCES
Por: Lesly Alejandra Velasco Guerra.
Alvar
Aalto en sus obras demuestra una gran evocación y respeto por la naturaleza y
la cultura en la que vivió. Aunque hay quienes discuten su lugar entre los
representantes del Movimiento Moderno, algunos lo nombran como “el único
arquitecto de la llamada segunda generación que ha sido considerado por la
crítica histórica, como un nombre que podía añadirse a la sagrada lista de los
grandes maestros. Los nombres de Wright, Le Corbusier, Gropius y Mies van der
Rohe podían ser seguidos por el de Aalto” [1].
Esta
disyuntiva se da precisamente por ese gran respeto que tiene por la naturaleza
y su disposición a usar materiales tradicionales de la región, lo alejan de lo
que es el Movimiento Moderno, mientras sus colegas adoptan el concreto como
material principal en sus construcciones. Además no se ciñe al purismo moderno,
sus volúmenes, simpleza y funcionalidad propuesto por Le Corbusier, es más
cercano al organicismo de Wright.
Aalto
utiliza en muchas de sus obras madera y ladrillos, como es el caso de su casa
en Helsinki, inicialmente concebida como casa y oficina, pero luego de su finalización
se le agregó el estudio privado de Aalto. En su fachada exterior se aprecia el
uso de ladrillos blancos y en el interior marcos de acero tubular y concreto. La
sala tiene paredes de madera, las pendientes de los techos son bajas, la
terraza del segundo nivel es a su vez el techo del jardín que hay entre la vivienda
y el estudio[2].
Aunque
acogerse y mimetizarse con la naturaleza era muy importante para Aalto, como se
puede observar en su proyecto del ayuntamiento de Saynatsalo en donde el
emplazamiento del proyecto queda en la mitad de los conjunto de árboles y para
pasar desapercibido se instala en medio de ellos, además lleva el bosque al
proyecto por medio de un patio interior que consta del zonas verdes y un espejo
de agua con el fin de recordar el lago de rodea la isla. Hace unas escaleras
verdes, todo este juego para conservar lo natural y aun así es consciente que
su arquitectura va a ser “vivida” por personas, este aspecto nunca lo deja
atrás, no desarrolla solo el ámbito funcional o estético, establece que son
tres variables que se relacionan directamente y no se debe descuidar ninguna.
“Un
edificio es como un instrumento, debe absorber todas las influencias positivas,
e interceptar las negativas que podrían afectar al hombre. Un edificio no puede
alcanzar este fin, sin el matiz que con tanta finura posee el medio en el cual
se encuentra”
ALVAR AALTO.
Aalto se enfoca en que la arquitectura no solo debe
ser habitable, además debe ser capaz de transmitir sensaciones que ayuden a
mitigar las penas de las personas, los arquitectos deben ser capaces de generar
el confort necesario en sus edificios, Aalto practica esto en detalles tan
sencillos como en el ayuntamiento de Saynatsalo en donde los muros de las
ventanas que dan al patio interno sirven parta que las personas descansen al
interior del edificio tras la protección de las ventanas y no estar a merced de
los elementos. Pero no es un muro ancho
normal sino que tiene el detalle de separar la mampostería y debajo de ella
está la calefacción, o edificios sumamente especializados como el Sanatorio de
Paimio que tiene áreas de recreación, biblioteca, espacio de esparcimiento, es
un lugar apto para que las personas descansen y renueven energías, es
tranquilizador y apacible.
En su casa de Helsinki la fachada principal esta
orientada hacia el norte, pero no paramentando ese sector sino que retrocede la
construcción casi para que la casa quede emplazada en la mitad del lote, sin
embargo el perímetro está rodeado por un antepecho. No es una barrera
impenetrable ya que juega con el antepecho haciendo retranqueos a los largo de
él, exceptuando el sector de la entrada a la vivienda y parqueadero que es
totalmente abierto.
Desde la entrada se percibe la presencia de la
naturaleza, toda la casa está rodeada de árboles y las escaleras de la entrada
son seis grandes piedras que acompañan el ingreso a la experiencia. Además se
observan dos volúmenes interceptados, el gran volumen del primer piso se ve
aligerado por el color blanco que posee, y un volumen más pequeño, que lleva el
peso de la composición ya que se adelanta y tiene una terminación en madera
café que acentúa este efecto.
Nos dan la bienvenida también, la fachada en
ladrillos, pero no es un ladrillo limpiamente colocado sino que juega con los elementos
para darle una textura rústica a la fachada, acompañada de dos puertas en
madera laminada y una ventana con marcos en madera. En el interior de la casa
como en muchas de sus obras juega con la luz y las sombras, no todas las
ventanas son del mismo tamaño, ni están a la misma altura, creando así una
variedad de sombras que enriquecen los ambientes interiores, pero el uso de la
madera se lleva toda la atención, los muebles, los acabados de los pisos, los
muros, los marcos de puestas y ventanas
dan un aspecto cálido y acogedor.
El estudio de Aalto tiene doble altura demostrando
así la importancia que tiene en el conjunto, en la parte superior del muro que
da contra la fachada hay un gran ventanal porque el que se contrala la luz que
ingresa debido al emplazamiento y a los árboles que rodean la casa, es observa también la aparición de la
mampostería a la vista con su aparición en las escaleras y la chimenea, además
en la parte de arriba de la chimenea están unas escaleras de madera que son el
acceso a la segunda planta, gestos tan sutiles como este, cargan de tanto valor los espacios y se observan en el recorrido de la casa,
cambios de nivel en varias zonas ayudan a separar y enmarcar los espacios.
El techo de
la sala es una terraza en el segundo piso, en esta terraza se puede apreciar
también el encuentro de los dos volúmenes presentes en la fachada, pero esta
está mucho más enriquecida porque hay presencia de muchos más elementos, los
grandes ventanales de la sala y de las habitaciones del segundo piso, el
amarillo de las puertas de madera, el ladrillo a la vista de las terminaciones
de las chimeneas, hasta las persianas de
los ventanales le dan el toque que enriquece el conjunto, rematado también por
los voladizo tipo pérgolas que encuentran en el segundo piso cuyas aberturas generan
un juego de sombras en la fachada a medida que el día transcurre, todo esto
teniendo como piso un muro bajo en piedras que enmarca el costado sur de la
casa, además la piedra se utiliza para marcar recorridos y como en muchas de
sus obras también está la presencia de los lagos de Finlandia evocada a través
de un espejo de agua que acentúa la relación con la naturaleza .
Los ejercicios llevados a cabo en las obras de
Aalto muestran cómo se puede cambiar totalmente la forma de hacer arquitectura,
aprovechando todos los medios naturales que ofrece el entorno inmediato, esto
hace que el proyecto no sea agresivo con el entorno sino que por el contrario
se establece una relación agradable con lo que nos rodea, no es como poner un
edificio traído de otro lugar para marcar una referencia por su desconocimiento,
sí es nuevo, es estético es funcional pero no tiene nada que lo ate a su
entorno es un extraño a los que todos se deben acoplar, es mejor si el edificio pareciera haber salido de la misma tierra, siendo ella la
encargada de darle vida, forma y textura a sus espacios, además de crear la
añoranza en quienes habitan de volver a sus raíces, de respetar su entorno, de
volver a las montañas, de sentarse a apreciar los lagos, de escuchar la
naturaleza, de olerla…
Fue la relación que Aalto tuvo con todos los
elementos que los rodeaban, todas las montañas y lagos de su natal Finlandia
que lo hizo el arquitecto que fue, lo que marco su manera de percibir los
espacios y genero la necesidad de replicar esas sensaciones en lo que
construía, la necesidad de hacer que sus espacios fueran tan tranquilizadores
que se transmitieran a quienes los vivían, ayudando así a aplacar las penas del
día a día.
Aunque Aalto nunca dejó a un lado la exploración
con los diferentes materiales también se preocupó mucho por humanizar su
arquitectura, para él estos dos factores no eran excluyentes, eran dos
componentes que al mezclarse en correctas
proporciones daban como resultado: la armonía en la manera de vivir.
Su propósito sigue consistiendo en armonizar el
mundo material con la vida humana. Hacer más humana la arquitectura significa
hacer mejor arquitectura y conseguir un funcionalismo mucho más amplio que el
puramente técnico.[3]
No importa que un edificio cumpla con todas las exigencias técnicas y
constructivas para ser un excelente proyecto, se tienen que abarcar aspectos
incluso del campo psicofísico para que la arquitectura satisfaga todas las
necesidades humanas.
Aalto era un arquitecto que se interesaba tanto por
este tipo de aspectos, que realizo experimentos en la construcción del
Sanatorio de Paimio en donde su principal objetivo era establecer los
parámetros necesarios para diseñar una habitación para enfermos y se dio cuenta
que las habitaciones de los hospitales tradicionales no eran las más aptas para
este tipo de personas, la habitación para ellas debería ser diferente, porque
sus condiciones son diferentes, son personas que la mayoría del tiempo se la va
a pasar acostada por lo tanto su relación con el techo de la habitación iba a
ser muy importante, por eso la luz no debería ser un simple aplique de techo.
Una
posición similar se mantenía respecto a la forma y la función una no debe estar
en detrimento de la otra. La forma es un
misterio que no conocemos en realidad, pero que proporciona al hombre una
sensación totalmente diferente a la de un acto de liberación social como tal.[4] Aalto
expresa que de muchas maneras la forma
se ve limitada a la capacidad que tiene el material que usemos para adoptarla.
Por ejemplo el ladrillo siempre va a producir formar cúbicas, forzarlo a tomar
otras formas implica riesgos y desgastes que generar una pérdida de energía.
La arquitectura sirve para darle valor a los
materiales utilizados, un ladrillo tiene un
valor mucho más bajo a el de ese mismo ladrillo incorporado en una estructura
en donde solo se cumplan las condiciones técnicas, el ladrillo según como se
utilice me está prestando más utilidades desde el punto formal, estético y
estructural. Para Aalto el arquitecto tiene una tarea obvia: estamos aquí para
humanizar la naturaleza mecánica de los materiales.[5]
En la conferencia leída en la Asociación central de
Arquitectos de Viena en el verano de 1955, expresa también su preocupación por
que nada puede construido sin dejar un rastro de destrucción a su paso, es por
eso que se esmera por que la relación de sus proyectos con el entorno que los
rodea sea tan natural y sin complicaciones se percibe es esta conferencia la
idea de la comunidad como colectividad y la importancia que esta tiene para el
desarrollo.
Finalmente en su conferencia anual en el R.I.B.A
1957, Aalto crítica como el funcionalismo en su afán de tecnificar y
racionalizar la arquitectura, modula todo y el módulo no es algo humano, no
existe una medida estándar para definirnos y entonces la arquitectura empieza a
fraccionarse, porque se empiezan a especializar en aspectos que deberían ir
conjuntos, surgen interrogantes sobre qué es lo que se debería estandarizar y
que se debería racionalizar.
Aalto siempre se preocupó por la manera en que el
hombre del común apreciaba y vivía la arquitectura y este era un factor que se
preocupó por cuidar y cultivar, pero no se cerraba de una manera tajante a los
avances tecnológicos los hacia parte de su obra y después de racionalizarlos
les daba el toque que los humanizaba y por esto se podían relacionar tan bien
con el entorno que los rodeaba.
BIBLIOGRAFÍA
- CAPITEL, Anton. Alvar Aalto. Madrid. 1999.
- VERLAG FUR ARCHITEKTURE. Alvar Aalto. Zurich. 1963.
- ACADEMIA Editions. Alvar Aalto. New York. 1978
- AALTO, Alvar. La humanización de la arquitectura
ANEXO
Casa y Estudio
Aalto en Helsinki, recuperado de http://www.wortmann-architects.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario