Casa Ugalde.
Cataluña, España. 1952
José Antonio
Coderch
APORTE DE JOSE
ANTONIO A LA ARQUITECTURA MODERNA
Por: Linda Sofía
Zuluaga Laguna
La
Casa Ugalde se implanta en las sinuosidades de una ladera sobre la costa
mediterránea española. El proyecto se adapta espléndidamente al lugar: A su
topografía en la determinación de los niveles porque asume como suyo lo natural
cuando inserta las distintas alturas de la casa en el escalonamiento de la
ladera, con lo cual da un carácter orgánico a algo inorgánico; al paisaje,
porque logra fundir arquitectura y ambiente en un elemento único y dinámico; y
a todo lo que la naturaleza misma le brinda porque aprovecha cada aspecto del
lugar para enriquecer el proyecto.
La
arquitectura de Coderch destaca el espacio ocupado, su lugar de implantación,
al considerar el ambiente físico que envuelve la vida; logra fundir en uno solo
arquitectura y territorio, proporcionando a la edificación una identidad a
partir de su entorno y al lugar un nuevo significado a partir de su ocupación.
Ahora se ha generado una unión indisoluble en la que lo edificado necesita de
ese único lugar y a la vez el lugar perdería su identidad al separarse de la
construcción.
Siempre
existió en Coderch un afán por huir de lo urbano, de la homogeneidad generada
por la industrialización, de ese tecnicismo que sostiene la producción en masa.
Siempre buscaba una nueva forma de habitar basándose en la reinterpretación de
la privacidad, componiendo así espacios con diferentes niveles de intimidad; en
la Casa Ugalde los espacios privados aunque tienen muy definido su carácter,
también se pueden abrir a lo colectivo y aquellos espacios que son muy abiertos
para desarrollar las actividades sociales pueden generar a la vez momentos de
plena intimidad en donde solo se relacionan persona y arquitectura o bien,
persona y paisaje.
Coderch
estaba convencido de que la arquitectura que su sociedad necesitaba no podía
emerger espontáneamente, ni por medio de la producción industrializada. El
generó una matriz en la cual se puede desarrollar el “vitalismo dinámico”[1] con
el que se desenvuelve la vida cotidiana, tal vez fue este el mayor aporte de
Coderch, pues con la inquietud por propiciar ese tipo de espacios (en medio de
los cuales el protagonismo se lo lleva la vida misma, la acción de habitar) ha
logrado una arquitectura que no es protagonista por sí sola, sino por la
relación con su entorno y sus habitantes, una arquitectura hecha de silencios
que se concentra solamente en buscar lo esencial, lo que es realmente
importante.
La
generación a la que pertenece este arquitecto critica la rigidez lineal de la
arquitectura planteada por arquitectos como Le Corbusier. Coderch, en cambio,
se caracteriza por el empirismo como es propio de toda la cultura española en
la que no se da tiempo a clarificaciones teóricas, sino que se enriquece con
todos los principios e ideas que son ajenos pero que de una u otra forma marcan
su cultura con un perfil y una singularidad casi enigmática. Podríamos incluso
decir que esta posición polémica que Coderch asume frente a su sociedad, se
expresa de una manera tangible en la casa Ugalde, cuando vemos cómo un muro que
es absolutamente liso y estucado es inesperadamente interrumpido por la roca en
su estado original; pasa de ser algo que no incomoda, que pasa desapercibido,
que no dice nada; a ser una textura que se hace notar, que se siente, que
inquieta, que alza su voz. Estos acabados rugosos estarán presentes siempre en
la obra de Coderch llenándola aún más de simbolismo.
Una
de las mayores características de la arquitectura de Coderch son su claridad y
sencillez y aunque no siempre la Casa Ugalde sea el ejemplo más literal de
esto, sí que es verdad que allí también se puede comprobar: los recorridos de
esta casa revelan esa claridad y también hablan de aquel recorrido personal de
Coderch, una sucesión de reflexiones que llevan hasta un final placentero. La
composición de las fachadas nos habla de la sencillez con la que este
arquitecto resuelve los problemas a los que se enfrenta, es una manera correcta
y llena de significado sin llegar a lo exuberante, pero sin ser simplista, esto
es sencillez.
La
obra de este arquitecto catalán siempre fue una constante experimentación,
porque estaba convencido de que la reflexión cuidadosa y detallada era la que
podía generar una arquitectura que verdaderamente diera respuesta a las
exigencias de su sociedad. Así, encontraba respuesta en la descomposición de
los sólidos, en la trituración de la forma y en la generación de flexiones a
través de los espacios. Precisamente porque todo era tan minuciosamente
pensado, es que su arquitectura es tan transparente, porque no hay temor a
develar el aura y la autenticidad de lo que está allí contenido, pues todo lo
que ha sido creado, existe gracias a una intención.
Para
Coderch era muy importante perfeccionar todo aquello que pasaba por sus manos;
por eso cuando se estudia una de sus obras, se percibe claramente que nada ha
sido fortuito, se ha analizado y meditado en cada detalle, cada elemento tiene
un significado que bien puede estar dado por su forma, por su textura, por su
posición o por su relación con otros elementos.
Otro
aspecto a destacar en su obra, es el valor que se da a las diferentes formas de
vida, en este caso concreto, a los árboles; se entiende que la arquitectura es
habitada por seres vivos que están en constante cambio, que crecen y se
desarrollan, que son dinámicos y que al ser parte de una naturaleza necesitan
de ella y deben también retribuirle todo lo que han recibido, en la visita que
este notable arquitecto realiza al
predio, únicamente registra en la hoja de su bitácora dos aspectos que serán
determinantes en el diseño y en la construcción de la casa; uno de ellos es la
arborización existente, Coderch se encarga de respetar cada uno de esos
organismos vivos, y darles la importancia que merecen, la casa se abre hacia
ellos, los recibe y son precisamente esos árboles algunos de los principales
componentes que aportan un dinamismo a la acción de habitar y llenan de vida el
ambiente.
Una
de las referencias que el arquitecto toma son los ángulos visuales que enfatiza
desde el predio, para capturar a manera de “obra de arte” el paisaje del
entorno, con esto logra brindar a los habitantes no un cuadro suspendido en un
tiempo y un espacio, sino una imagen en movimiento que cambia constantemente y
que no está encuadrada con un listón sino enmarcada por arquitectura y aún más,
precedida por actividades cotidianas que se desarrollan al interior de la
vivienda y que dialogan con ese contexto. Lo anterior se puede confirmar
revisando sus memorias del proyecto , en las que destaca las vistas panorámicas
como “vistas estupendas”, él da importancia al paisaje al implantar la
arquitectura, si dejamos el paisaje donde está, puede llegar a tornarse falto
de sentido por su gran extensión; Coderch logra dar mayor importancia al
paisaje en el momento en el que lo enmarca, porque lo acerca a la escala humana
y es ahí cuando el paisaje queda vinculado al hombre, en forma extraordinaria
éste se ha apropiado del lugar en armonía con él.
En
definitiva, la Casa Ugalde se proyecta dando protagonismo al lugar en el que es
implantada, ese lugar en mayor escala, que puede corresponder a un barrio, a
una ciudad, a un departamento, a un país. En este caso corresponde al municipio
catalán Caldes d’Estrac, lugar cuya riqueza natural es su mayor cualidad y que
para el arquitecto no supone un obstáculo sino un desafío, es este lugar el
contexto al que se amarra el proyecto y del cual se alimenta.
“El lugar es donde se localiza la
arquitectura. Allí, la arquitectura se hace presente, se instala, amanece y se
hace visible, al tiempo que se circunscribe en un espacio particularizado (por
el paisaje y por los locales, los habitantes del lugar)”[2]
Por
otro lado, Coderch aprovecha los materiales para enfatizar aún más la unión de
su arquitectura con la naturaleza, se puede apreciar en las columnas de la
terraza, el paso del suelo a la piedra (dejando un acabado que aunque es
austero muestra la naturaleza en un grado alto de pureza) y de la piedra al
estuco (mostrando una etapa mucho más artificial). Estas transiciones generan
en las personas un reconocimiento de la materialidad de la casa, la teoría de
la unidad, arquitectura-lugar, se vuelve palpable y eso, a mi modo de ver, es
el oficio del arquitecto, convertir lo invisible en visible, lo que nadie puede
tocar, en algo palpable.
En
una escala menor se encuentra la vivienda, aquel espacio que acoge y condiciona
el desarrollo de las actividades más básicas y rutinarias del ser humano, su
cotidianidad, el lugar en donde se establecen los vínculos íntimos más
importantes de la vida de una persona. La arquitectura en cuanto es vivienda,
es protección, pero Coderch va mucho más allá, genera una atmósfera
enriquecida, que es exclusiva de esta casa.
La
vivienda en cuanto concepción propia de orden constituye para cada hombre la
representación del universo, su mundo cercano y palpable, la arquitectura de
alguna o muchas maneras da forma al desarrollo de las actividades más
importantes de su vida y juega un papel predominante en la consolidación de ese
universo, porque es desde allí, desde la intimidad y el rito diario de habitar,
que se genera la adaptación al lugar del que cada cual se siente dueño y al que
pertenece, su lugar.
“Por hábito se entiende toda una
serie de acepciones… pero todas ellas remitiendo
a una condición ineludible de tener
la potencia de definir nuestro lugar en el mundo”[3]
El
núcleo de este edificio es la estancia principal o salón porque articula todos
los espacios de la casa y porque desde allí se pueden apreciar las vistas que Coderch definió como
estupendas y que se pueden apreciar en diferentes planos de profundidad (siendo
el más lejano el horizonte marino y en un plano mucho más cercano lo árboles
junto a la casa); esta estancia, es entonces, el corazón de la casa, lo cual se
puede confirmar con varios elementos, como las formas geométricas que allí
convergen y que muestran la particularidad y riqueza espacial de la estancia, y
con las actividades de circulación y permanencia que allí se generan.
Esta
estancia es protagonizada por una chimenea, lo que nos deja ver la
intencionalidad del arquitecto de remitirse al origen de la palabra “hogar”,
que es en un sentido práctico la búsqueda
de la hoguera, la búsqueda de ese fuego que brinda luz, calor, y llena de
un ambiente único el espacio. La unión de llamas que logra reunir a personas
que aunque son diferentes comparten un mismo modo de vida; Coderch plantea una
arquitectura futurista que da respuesta a las necesidades que el presente
impone, sin olvidar los orígenes y todo lo que el pasado enseña, esto es un
rasgo característico de la arquitectura moderna porque, como escribió Benévolo,
“el movimiento moderno está radicado
profundamente en la tradición cultural europea”[4]
El
significado de recogimiento y calor que debe tener una vivienda, en la Casa
Ugalde es generado por ese espacio principal en donde convergen actividades
individuales y colectivas, este es el sitio proyectado para que en él se genere
el diálogo y la unión entre los habitantes del lugar, un espacio que también le
da importancia a la sencillez con sus acabados, está inmerso en un blanco que
aparentemente no expresa nada, pero físicamente si está indicando mucho, está
diciendo a sus habitantes que ellos son los protagonistas del lugar y que la
arquitectura está allí para ser el telón de fondo en el desarrollo de las
actividades humanas; en otras palabras, la arquitectura se reviste de sencillez
para dar protagonismo a lo que encierra, la vida misma.
La
modernidad se reconoce en el juego geométrico que los volúmenes tienen entre sí
pero esto no surge del afán del arquitecto por buscar con su construcción lo
llamativo o impactante a la vista, todo lo contrario, el pretende que su
edificio se funda con la naturaleza y de ese modo el juego geométrico surge por
su pretensión de ajustarse al lugar, esa es su estrategia de implantación que
da como resultado una riqueza espacial y volumétrica excepcional.
En
conclusión, el aporte de este arquitecto a la arquitectura moderna con la Casa
Ugalde, es fundamentalmente el desarrollo de un hábitat plenamente enriquecido
por el entorno natural que la implantación le brinda, lo que lleva al hombre a
una mayor armonía con el entorno. Esto lo logra a través de la creación de
espacios con características únicas en
donde reina la sencillez y se permite que el protagonismo sea asumido por las
personas y sus actividades, así “El
artista funde… a través de un difícil equilibrio, la historia y los materiales
de su tierra con las exigencias de su tiempo, al cual ve a través de una viva
conciencia agónica y crítica” [5]
Para
la modernidad, Coderch propone que la arquitectura por ser habitada debe estar
al servicio del ser humano y que no se deben exaltar las edificaciones sino que
éstas deben ser el escenario en el que ocurre lo importante, un escenario cuya
preocupación debe ser generar ambientes apropiados por medio de la luz, el
entorno y la materialidad.
Como
él mismo lo menciona en un escrito: “Necesitamos
que miles y miles de arquitectos que andan por el mundo piensen menos en Arquitectura, en dinero o en las ciudades
del año 2000, y más en su oficio de arquitecto.
Que trabajen con una cuerda atada al pie, para que no puedan ir demasiado
lejos de la tierra en la que tienen raíces, y de los hombres que mejor conocen,
siempre apoyándose en una base firme de dedicación, de buena voluntad y de
honradez (honor)”[6]
BIBLIOGRAFÍA
FOCHS,
Carles (1989) “J.A. Coderch de Sentmenat
1913 – 1984”. Barcelona, Gustavo Gili
AZARA,
Pedro. (2005) “El lugar y la
arquitectura”, Castillos en el aire, Mito y arquitectura en Occidente. Barcelona:
Gili.
CODERCH,
José Antonio (1961). No son genios lo que
necesitamos ahora, revista Domus. BENÉVOLO, L. (1999). Historia
de la arquitectura moderna. Barcelona: Gustavo Gili.
WEISS,
Pedro (2009) La enseñanza del proyecto en
arquitectura, curso “de la forma de la arquitectura” Bogotá. FOCHS, Carles
(1989) “J.A. Coderch de Sentmenat 1913 –
1984”. Barcelona, Gustavo Gili
WEBGRAFÍA
Aparicio,
C. (2012) Casa Ugalde
Blog
Historia de la Arquitectura Moderna
Gmasarquitectura.
(2013) Habitar el Entorno
Arquiscopio
(2013) Casa Ugalde
Archivo
El País (2009) La Casa Más hermosa del
mundo
Sitio
Oficial Casa Ugalde
Ferrín
Ana María, (2012) Gaudí y más
ANEXOS
Imagen
de la bitácora de Coderch Recuperada de: www.casaugalde.com/es
Casa Ugalde: José Antonio
Coderch y Manuel Vals Imagen Recuperada de www.stgo.es
[1]
SOLÀ-MORALES, Ignasi (1989) “J.
A. Coderch en la cultura arquitectónica europea”, Barcelona, Gustavo Gili. pag . 7
[2]
AZARA, P. (2005) “El lugar y la
arquitectura”, Castillos en el aire, Mito y arquitectura en Occidente. Barcelona:
Gustavo Gili. pag. 115
[3]
WEISS, Philip (2009) La enseñanza del
proyecto en arquitectura, curso “de la forma de la arquitectura” Bogotá.
pag. 59
[4]
BENÉVOLO, Leonardo (1999). “Historia de la arquitectura moderna”.
Barcelona: Gustavo Gili. pag. 8
[5]
DONATO, Emilio (1989) “Coderch, Serenidad
y exaltación”, Barcelona, Gustavo Gili pag. 9
[6]
CODERCH, José Antonio (1961). “No son
genios lo que necesitamos ahora”, revista Domus, pag 1
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